Esta historia fue escrita por la Sala de Noticias de la OIT. Para ver las declaraciones y discursos oficiales de la OIT, por favor visite nuestra sección "Declaraciones y Discursos".

Derechos en el trabajo

El trabajo doméstico es un trabajo como cualquier otro

El conocido caso de Erwiana Sulistyaningsih, una criada indonesia víctima de abusos, puso al centro de la atención pública la difícil situación de una población vulnerable y con frecuencia invisible, los trabajadores domésticos migrantes. Yoshiteru Uramoto, Director Regional de la OIT para Asia y el Pacífico, explica cómo podemos contribuir a poner fin a este flagelo: ateniéndose a las normas internacionales del trabajo.

Opinión | 16 de junio de 2014
Indonesian maid Erwiana Sulistyaningsih who was allegedly tortured by her Hong Kong employer left hospital after a month, tearfully expressing the hope that her case would prevent future abuse of "small people like us".
© Anwar Mustafa / AFP
GINEBRA (OIT Noticias) - Hace algunas semanas, una trabajadora doméstica de 23 años proveniente de una ciudad poco conocida de Indonesia fue mencionada por la revista Time como una de las 100 personas más influyentes. Erwiana Sulistyaningsih recibió el reconocimiento junto a presidentes y celebridades por algo que ella no hizo: Erwiana no guardó silencio.

Durante los ocho meses que trabajó en Hong Kong, Erwiana sufrió las violencias de su empleador, y cuando las lesiones que le provocó le impidieron seguir trabajando, la mandó de vuelta a casa con sólo 9 dólares en el bolsillo. Pero desde su regreso, Erwiana emprendió una campaña en defensa de los derechos de los trabajadores domésticos como ella. Muchos de ellos son mujeres migrantes y la mayoría siguen en una situación vulnerable en sus lugares de trabajo.

Sólo en Asia y el Pacífico hay 20 millones de trabajadores migrantes, el equivalente a la población de Sri Lanka. Pero debido a que estos trabajadores con frecuencia están ocultos en los hogares privados, en lugares de trabajo que siguen careciendo de cualquier tipo de regulación, ellos están particularmente expuestos a los abusos. En muchos países, los trabajadores domésticos no están protegidos por la ley de trabajo nacional, y están excluidos del beneficio del salario mínimo. En promedio, los trabajadores domésticos ganan menos de la mitad de los salarios medios, algunos ganan menos de una quinta parte.

Domestic workers: Facts and figures
  • There are over 50 million domestic workers worldwide. That's equivalent to the entire population of South Korea
  • 83 per cent are women. That means one in every 13 female wage earners are employed in domestic work
  • 41 per cent of domestic workers are in Asia and the Pacific. The number of domestic workers in the region nearly doubles between 1995 and 2010
  • 8 billion US$ of profits are made each year from domestic workers who are trapped in forced labour
Esto se debe en parte a que muchas personas siguen percibiendo el trabajo doméstico como una tarea familiar no remunerada a cargo de las mujeres, o como un trabajo para mujeres de una clase o una casta inferior, en vez que como una actividad productiva que devenga salario como cualquier otro trabajo. Esta idea falsa ha retrasado el proceso de reconocimiento de los derechos de los trabajadores domésticos en la ley internacional y en nuestros hogares.

A pesar de los riesgos, el trabajo doméstico es un sector en rápido crecimiento. A nivel mundial, hay 19 millones de trabajadores domésticos más de los que había a mediados de los 1990, lo cual equivale a un incremento de 30 por ciento en menos de 20 años. Más de 80 por ciento de estos trabajadores son mujeres.

El mundo necesita de estas mujeres. Los trabajadores domésticos migrantes contribuyen con sus comunidades de origen, enviando remesas que están destinadas a financiar las necesidades de educación y de salud de sus familias, e incrementando el Producto Interno Bruto y el potencial de desarrollo de sus países.

Los trabajadores domésticos permiten además que los miembros del hogar de su empleador – quienes es probable que posean competencias profesionales de gran valor – vayan a trabajar, al reducir el tiempo dedicado a las tareas domésticas y familiares, como limpiar, cocinar, hacer la compra.

El trabajo doméstico, y la migración para ese fin, tiene el potencial de generar muchos beneficios, pero no pueden materializarse si estas mujeres no tienen un empleo que sea tanto rentable como seguro.

Pero ha habido progresos. En junio 2011, el primer Convenio que reconoce los derechos de los trabajadores domésticos fue adoptado por los Estados miembros de la OIT. Al hacer esto, la comunidad internacional por fin afirmó positivamente que “el trabajo doméstico es un trabajo”. Hasta la fecha, 14 países han aceptado reconocer los derechos fundamentales de los trabajadores domésticos al ratificar este Convenio.

En junio, durante la Conferencia Internacional del Trabajo 2014, fue adoptado un Protocolo vinculante sobre Trabajo Forzoso. Esto es importante porque las últimas estimaciones de la OIT muestran que los trabajadores domésticos víctimas del trabajo forzoso generan ganancias por más de 8.000 millones de dólares cada año.

Usted no debe esperar que su gobierno actúe para mejorar la vida de los trabajadores domésticos."
El Protocolo contiene nuevas disposiciones para incrementar la protección y la compensación para las víctimas del trabajo forzoso. Reconoce que los beneficios de su trabajo deberían regresar legítimamente a los trabajadores y a sus familias en vez de llenar los bolsillos de las agencias de contratación que cobran tarifas excesivas o fraudulentas, o de los empleadores explotadores que sacan provecho del trabajo forzoso.

Insto a todos los gobiernos a que consideren la ratificación del Convenio y del nuevo Protocolo y la integración de los trabajadores domésticos en la protección general establecida en su legislación laboral.

Pero usted no debe esperar que su gobierno actúe para mejorar la vida de los trabajadores domésticos. Si emplea a una trabajadora doméstica, hable con ella sobre las maneras de poner en práctica los principios del Convenio en su propio hogar. Reconozca su derecho a un día completo de descanso cada semana, a horarios de trabajo razonables y a una remuneración justa basada en el salario mínimo.

No acepte emplear a niños menores de la edad mínima para trabajar y permita que los jóvenes concilien el trabajo y la escuela. Estimule a su trabajador doméstico a formar parte de una red o asociación de trabajadores domésticos. Confiérale la indemnización por enfermedad y las vacaciones, los derechos de seguridad social y de seguro, la libertad de movimiento y una remuneración en efectivo. Respete el derecho de su empleado a la intimidad, y si ella vive en su casa, asegúrese que disponga de una habitación que pueda cerrarse con llave.

Admiro el coraje de Erwiana. Ella luchó por sus derechos y su dignidad y defiende los derechos de los otros trabajadores domésticos. Ella no debería luchar sola. Usted la puede apoyar protegiendo los derechos de los trabajadores domésticos en su hogar y en su comunidad, y pidiendo a su gobierno que ratifique el Convenio núm. 189 y garantizando que las mujeres tengan un acceso seguro y rentable a estos empleos tan necesarios.

Si no reconocemos a los trabajadores domésticos como los miembros igualitarios de nuestra sociedad que son y no los protegemos plenamente ante la ley, ¿cuántos otros casos como el de Erwiana habrá?

Por Yoshiteru Uramoto, Director Regional de la OIT para Asia y el Pacífico