Esta historia fue escrita por la Sala de Noticias de la OIT. Para ver las declaraciones y discursos oficiales de la OIT, por favor visite nuestra sección "Declaraciones y Discursos".

La Agenda de desarrollo post 2015

Por qué los empleos y los medios de vida importan

Los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) se aproximan rápidamente a su fecha límite. El economista de la OIT, Aurelio Parisotto, explica las razones por las cuales el trabajo y los medios de vida deben estar al centro de la nueva agenda del desarrollo que surgirá después del 2015.

Opinión | 20 de mayo de 2013
 
Aurelio Parisotto, economista en la OIT
A medida que nos acercamos a la fecha límite para los actuales Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), se nos presenta la oportunidad de oro de colocar los empleos y los medios de vida en los primeros lugares de la agenda internacional de desarrollo. Esto no sólo lo sostiene la OIT. Los primeros resultados de la encuesta global de las Naciones Unidas para un mundo mejor, MY World (MI Mundo), que interroga a las personas de 190 países sobre sus prioridades para la agenda de desarrollo con posteridad a 2015, demostraron que “el empleo es una prioridad esencial en todas partes”.

Desde Albania hasta Jordania, de Vietnam a Zambia, la demanda por más y mejores oportunidades de trabajo fue clara y rotunda en las discusiones en línea y en las consultas organizadas por la ONU. En Uganda, de las 17.000 consultadas realizadas, alrededor de la mitad declaró que obtener un empleo era su prioridad. Muchos de los participantes de las consultas también mencionaron la necesidad de una mejor protección social, en especial en los sectores informales que se caracterizan por una elevada inseguridad económica y social.

Estas aspiraciones no son sorprendentes dada la situación actual del mercado de trabajo.

La magnitud del desafío

En la actualidad, hay más de 200 millones de personas desempleadas en el mundo, alrededor de 73 millones de las cuales son jóvenes. Además del número absoluto de empleos adicionales necesarios, la calidad de los empleos también requiere atención urgente.

Uno de cada tres trabajadores en el mundo vive con su familia por debajo de la línea de pobreza de 2 dólares al día. Trabajan como empleados remunerados, trabajadores por cuenta propia o trabajadores familiares no remunerados, pero permanecen atrapados en la pobreza. Se prevé que será necesario crear unos 470 millones de nuevos empleos en los próximos quince años de 2015 a 2030, sólo para mantener el ritmo del crecimiento de la población mundial en edad de trabajar.

También es necesario hacer más a fin de garantizar que esos empleos sean decentes y que ofrezcan a las personas una oportunidad real de salir de la pobreza. Esto implica una acción concertada para abordar la persistente volatilidad económica y el crecimiento de las desigualdades en los ingresos, que están debilitando el tejido social y político de nuestras sociedades.

Una agenda orientada a la acción

En pocas palabras: son necesarias políticas que generen empleos decentes. Estos son ejemplos a seguir.

Los países que emprendieron este camino, por ejemplo en América Latina y Asia, primero abordaron los factores estructurales que subyacen tras la pobreza y el subempleo. Estos países se concentraron en hacer más inclusivo el crecimiento económico al combinar políticas que favorezcan las inversiones y la creación de empleo con medidas destinadas a extender la protección social y a fortalecer los mercados laborales.

Otros elementos esenciales del éxito comprenden instituciones gubernamentales estables y sólidas, comprometidas con el estado de derecho, los derechos humanos, los derechos de propiedad y un ambiente favorable para establecer y desarrollar las empresas. Las políticas e instituciones del mercado laboral, como el salario mínimo y la legislación que protege al empleo, también desempeñaron un papel importante.

Una agenda concertada a nivel mundial para mejorar la calidad y la cantidad del empleo debería estimular a los países a dirigir su estrategia y sus recursos hacia los aspectos críticos que no son suficientemente abordados en los ODM.

Pero en última instancia, será la acción nacional la que determinará el éxito del nuevo marco de desarrollo. Los países, de manera individual, necesitarán de cierta flexibilidad para establecer sus propios objetivos y tendrán que asumir la mayor responsabilidad para alcanzarlos de acuerdo con las circunstancias y necesidades nacionales.

Elaborar políticas y supervisar los progresos

El apoyo internacional para los países a fin de mejorar la recopilación de estadísticas debería ser un elemento esencial del nuevo marco de desarrollo.

Muchos países en desarrollo ya poseen los indicadores básicos para registrar los progresos en el empleo y los medios de vida. Sin embargo, persiste la falta de información sobre la calidad del empleo, en especial para las personas situadas en el nivel más bajo de la economía. Una pequeña inversión, coordinada a nivel internacional, en la cantidad y calidad de las estadísticas del mercado laboral, podría hacer una gran diferencia.

Además, sería importante garantizar el compromiso del sector privado, los sindicatos y la sociedad civil. La experiencia demuestra que los debates sobre cuestiones laborales y sociales se benefician de la participación de los diversos ministerios y agencias técnicas. La asistencia internacional puede desempeñar un papel importante para facilitar estas interacciones.

Es necesario enfrentar el desafío

El acceso a un trabajo seguro, productivo y justamente remunerado no se trata sólo sobre ganancias e ingresos. Es un medio importante para que los individuos y sus familias refuercen su autoestima, el sentido de pertenencia a una comunidad y contribuyan a la producción. Un cambio hacia un desarrollo inclusivo y sostenible no será posible mientras que se le niegue a millones de personas la oportunidad de ganarse la vida en condiciones de equidad y dignidad.

En los lugares donde los empleos escasean o los medios de vida dejan los hogares en la pobreza, hay menos crecimiento, menos seguridad y menor desarrollo humano y económico.

La magnitud del desafío es sin duda enorme, y es por este motivo que el empleo pleno y productivo y el trabajo decente debería ser un objetivo central de la agenda de desarrollo con posteridad a 2015.