Esta historia fue escrita por la Sala de Noticias de la OIT. Para ver las declaraciones y discursos oficiales de la OIT, por favor visite nuestra sección "Declaraciones y Discursos".

Tendencias Mundiales del Empleo 2013

El desajuste entre oferta y demanda de calificaciones afecta la creación de empleo

La crisis ha obligado a millones de trabajadores a buscar un nuevo empleo, pero en muchos casos las calificaciones que los trabajadores poseen no son las mismas que los empleadores solicitan. Este desajuste se traduce en un incremento del desempleo.

Noticia | 4 de febrero de 2013
GINEBRA (OIT Noticias) – Diversas economías en desarrollo están experimentando un incremento en el número de ofertas de trabajo. Sin embargo, las tasas de desempleo en estos países no están bajando. En algunos casos, hasta están aumentando.

El problema es que muchos de los trabajadores que perdieron sus empleos a causa de la crisis no poseen las competencias que el mercado laboral exige.

“Este desajuste entre la oferta y la demanda de calificaciones significa que las personas desempleadas necesitan más tiempo para encontrar un nuevo trabajo, lo cual a su vez incrementa el desempleo a largo tiempo”, afirmó el economista laboral Theo Sparreboom, uno de los autores del informe de la OIT Tendencias Mundiales del Empleo 2013, publicado recientemente.

Esto tiene repercusiones sobre todo en los jóvenes, quienes suelen adquirir la mayor parte de su educación y formación antes de comenzar a trabajar o durante los primeros años de su trayectoria profesional.

En países como Estados Unidos o España, los trabajadores de los sectores de la construcción o de las finanzas figuraron entre los primeros en ser afectados por la crisis a finales de 2008 y en 2009. Cuando perdieron sus empleos, se dieron cuenta de que los sectores que no habían sido afectados no necesitaban las competencias que ellos tenían.

es necesario hacer más para reducir las diferencias entre las competencias existentes y las que requieren los empleadores."
A medida que la crisis se propagó a través del comercio internacional, las ocupaciones en las industrias de la exportación también fueron afectadas. Estas profesiones enfrentaron y siguen enfrentando los mismos problemas.

En Estados Unidos, por ejemplo, alrededor de 30 por ciento de los empleos en la construcción se perdieron entre 2007 y 2012, y el empleo en la fabricación de bienes duraderos es 15 por ciento inferior a los niveles anteriores a la crisis. Por el contrario, se estima que el empleo en la educación y en los servicios de salud ha aumentado en 20 por ciento. Esto ha suscitado preocupaciones sobre los desajustes de competencias profesionales que podrían aumentar las tasas de desempleo, ya que los sectores afectados por la crisis y los que se están recuperando necesitan competencias diferentes.

En algunos casos, los trabajadores se han trasladado a otras zonas o países, donde hay empleos disponibles en su campo, como es el caso de los españoles que van a Alemania y los portugueses que se desplazan a Angola.

Algunos han optado por la “degradación profesional” – al aceptar un empleo por debajo de su nivel de calificaciones – lo cual conducirá a números cada vez mayores de trabajadores sobrecalificados.

La cuestión del desajuste de las calificaciones ha recibido atención especial en las economías desarrolladas como consecuencia de la crisis económica, pero es un problema que afecta a los mercados laborales de todo el mundo.

Este desajuste entre la oferta y la demanda de calificaciones puede ser un fenómeno transitorio si se enfrenta de manera apropiada. Las políticas educativas bien orientadas pueden contribuir a superar el problema al garantizar que las personas que buscan empleo puedan encontar trabajo en los sectores más dinámicos de la economía.

Pero a medida que el número de trabajadores desempleados aumenta, así como la duración de su período de desempleo, el problema se hace cada vez más difícil resolver.

El desafío consiste en vincular las competencias a la productividad, el empleo y el desarrollo. La clave es la coordinación de políticas y la participación de los interlocutores sociales y de las principales actores del desarrollo de competencias.

“Recomendamos que los responsables de la formulación de políticas emprendan una acción coordinada a fin de reducir el desempleo, incluyendo los servicios dirigidos a mejorar la eficacia de la búsqueda de trabajo y reducir las diferencias entre la oferta y la demanda de trabajo, como por ejemplo invertir en programas de formación y de reconversión profesional”, indicó Sparreboom.

“Lo que la crisis ha puesto en evidencia es que es necesario hacer más para reducir las diferencias entre las competencias existentes y las que requieren los empleadores, de manera que un mayor número de personas pueda regresar al trabajo”, concluyó Sparreboom.