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Nuevo estudio: equilibrio entre la flexibilidad y la seguridad en Europa Central y Oriental

Según un nuevo estudio publicado por la OIT, las reformas emprendidas en la era poscomunista han representado para muchos trabajadores de la nueva Europa más trabajo y menos seguridad en el empleo. En el estudio Labour markets in transition: Balancing flexibility and security in Central and Eastern Europe se señala que si bien está aumentando la flexibilidad del mercado de trabajo en los países de Europa Central y Oriental, los trabajadores también tienen que hacer frente, a menudo, a un importante aumento del desempleo declarado. Como consecuencia, estas economías en transición tienen que procurar encontrar un equilibrio entre los mercados laborales más abiertos y la seguridad en el empleo y los ingresos.

Artículo | 4 de marzo de 2004

GINEBRA – «La flexibilidad de los mercados de trabajo de Europa Central y Oriental ha aumentado, pero adopta formas muy distintas de las que se observan en los países de la OCDE», dice Alena Nesporova, coautora junto con Sandrine Cazes del estudio. «Si bien menos del 10 por ciento de los trabajadores de Europa Oriental tienen contratos temporales, trabajan a tiempo parcial (con excepción de Rumania) o son trabajadores por cuenta propia, muchos trabajadores tienen dos o más empleos, tanto en el sector formal como en el sector informal de la economía.»

La tasa de desempleo disminuyó del 10,7 al 5,8 por ciento en Hungría y del 9 al 6,4 por ciento en Eslovenia entre 1994 y 2002, pero aumentó del 14 al 19,9 por ciento en Polonia y del 4,1 al 7,3 por ciento en la República Checa. En 2000, el desempleo alcanzó el 13,4 por ciento en la Federación de Rusia frente al 8,1 por ciento en 1994. Las tasas de 2001 en países como Bulgaria y Macedonia (de un 20 y un 42 por ciento respectivamente) son incluso superiores.

En la República Checa, aproximadamente el 28 por ciento de la población económicamente activa declaró tener un «segundo empleo» en 1998 según una encuesta especial realizada por la Academia de Ciencias Checa. El Servicio de Inspección Fiscal de Rusia estimó que el porcentaje de población adulta rusa con un segundo empleo se sitúa entre el 35 y el 40 por ciento.

Aunque ha aumentado la rotación en los empleos en los países en transición, lo que indica la existencia de una fuerza de trabajo que empieza a ser móvil y puede ser contratada o trasladada a voluntad a diferencia del viejo sistema en el que los trabajadores tendían a permanecer en los mismos puestos de trabajo durante toda la vida, el estudio reveló que existen diferencias muy marcadas en lo que respecta a la rotación de la mano de obra entre los países en transición y los países de la OCDE.

En la OCDE, la rotación aumenta en períodos de auge económico porque el aumento de la demanda de mano de obra induce a las personas a abandonar sus empleos por otros mejores, mientras que durante la recesión la rotación de mano de obra disminuye debido a la baja demanda de mano de obra.

Esto contrasta con los países en transición en donde las personas no se fían de la situación económica de muchas empresas que ofrecen nuevos empleos. Saben que si se quedan sin empleo la pérdida de ingresos sería desastrosa y el apoyo que ofrecen las instituciones de bienestar social y el mercado de trabajo es muy limitado. Por lo tanto, las personas prefieren permanecer en sus actuales puestos de trabajo incluso durante las fases ascendentes del ciclo económico. El fuerte sentimiento que tienen los trabajadores de inseguridad del empleo impide que cambien a empleos más productivos, lo que tiene efectos negativos en la productividad de la mano de obra de toda la economía.

Según los autores, no se puede responsabilizar a la legislación relativa a la protección del empleo (esto es, todas las disposiciones normativas relativas a la «contratación y el despido») de las tendencias desfavorables del empleo y del desempleo, aunque una mayor protección del empleo en los países en transición fomentaría la actividad económica y mayores niveles de empleo ya que se alentaría a los trabajadores a pasar del sector informal a empleos más seguros en el sector formal.

A fin de encontrar un nuevo equilibrio entre la flexibilidad del ajuste para las empresas y el empleo y la seguridad de los ingresos para los trabajadores, los autores proponen que los países deberían examinar en primer lugar su legislación laboral nacional y enmendar aquellas disposiciones que impiden que se lleven a cabo los ajustes en la fuerza de trabajo necesarios para las empresas y los trabajadores que dejan el empleo o son despedidos, en particular aquellos con formas atípicas de empleo y los trabajadores desprotegidos.

«El problema no reside en que la legislación sea demasiado estricta o demasiado liberal, sino más bien en su débil aplicación, de forma que no se respetan los derechos de los trabajadores en el lugar de trabajo», dice Sandrine Cazes. Los autores recomiendan también que los países en transición inviertan más dinero en las políticas del mercado de trabajo y refuercen el diálogo social entre los gobiernos, los trabajadores y los empleadores.


Nota 1 - Sandrine Cazes y Alena Nesporova, Labour markets in transition: Balancing flexibility and security in Central and Eastern Europe, Oficina Internacional del Trabajo, Ginebra 2003.