Esta historia fue escrita por la Sala de Noticias de la OIT. Para ver las declaraciones y discursos oficiales de la OIT, por favor visite nuestra sección "Declaraciones y Discursos".

Formas modernas de esclavitud en los países industrializados

En un nuevo informe de la OIT se estima que más de 12 millones de personas de todo el mundo son víctimas del trabajo forzoso. Sin embargo, esta forma de esclavitud de nuestros días no se limita a los países en desarrollo, y puede encontrarse asimismo en los países industrializados, donde se obliga a trabajar a unas 360.000 personas. A continuación se refieren dos de los numerosos ejemplos existentes: los trabajadores migrantes en la industria cárnica alemana, y los recogedores de fruta en Florida, Estados Unidos.

Artículo | 11 de mayo de 2005

IMMOKALEE, Florida, Estados Unidos - Son las cuatro y media de la mañana. La noche envuelve aún la pequeñísima localidad de Immokalee, Florida, pero en la carretera se divisan ya los hombres que, medio dormidos y calzados con botas de trabajo desgastadas, caminan hacia un aparcamiento repleto de los autobuses que les llevarán por caminos polvorientos a la plantación de tomates.

En el interior de un remolque, un hombre se calza las botas a oscuras y se prepara para trabajar. "Me llamo Luis. Soy de Guatemala. Cada mañana a las cuatro y media voy a recoger fruta. El trabajo es muy duro y se paga muy poco", declara.

Luis comparte el pequeño remolque con otros 13 compañeros, lo que le permite ahorrar dinero suficiente para enviárselo a su familia en Guatemala. Duermen cuatro en cada cama, pero se consideran afortunados porque cuentan con suministros básicos de electricidad y agua corriente.

Sin embargo, algunos de sus colegas de labor no se sienten tan afortunados cuando se trata de trabajar en los campos... "En las plantaciones hay guardias con pistolas. Los trabajadores eran vigilados constantemente, y se les golpeaba si trataban de escapar", afirma Lucas Benítez, de la Coalición de Trabajadores de Immokalee.

Lucas Benítez ayudó a organizar la Coalición cuando se dio cuenta de que se retenía a muchos de sus compañeros como trabajadores en régimen de servidumbre. Atraídos por sueldos que exceden con mucho a los que podrían llegar a obtener en sus países de origen, los trabajadores como Luis pueden verse atrapados por las deudas asumidas respecto a sus contratistas.

"Cada año, cientos de miles de trabajadores son trasladados a este país para trabajar en régimen de servidumbre. Si tales cifras no son sobrecogedoras, no sé qué otra cosa puede serlo" comenta de la situación Carlos Castillo, del Departamento de Justicia de Miami, Florida.

En los tres últimos años, el Departamento de Justicia de Estados Unidos ha podido procesar un número creciente de casos con arreglo a la Ley de protección de víctimas del tráfico de personas, y ha desarrollado equipos regionales de lucha contra el tráfico en estados como Florida. Sin embargo, de acuerdo con el último informe global de la OIT sobre el trabajo forzoso, las complejas cadenas de contratación y subcontratación pueden afectar a las grandes empresas minoristas que no son conscientes de las condiciones en las que se suministran sus productos.

Después de 2 años de negociación, Yum Brands, la mayor compañía de restaurantes del mundo y propietaria de Taco Bell, Pizza Hut y otras cadenas de comida rápida, convino en unirse a la Coalición de Trabajadores de Immokalee en el empeño por mejorar los salarios y las condiciones de los trabajadores. El acuerdo con Taco Bell para pagar un centavo más es muy importante, pero es el código de conducta en el que convinieron el sindicato y la empresa lo que contribuirá a acabar con los casos de abuso.

Trabajadores migrantes en la industria cárnica alemana

Los trabajadores de los mataderos rumanos cuentan con las mismas destrezas que sus colegas alemanes, pero trabajan por una pequeña porción de sus salarios. Con la apertura de Europa oriental, se han desplazado por miles a Alemania. En Oldenburg, centro de la industria cárnica alemana, intermediarios sin escrúpulos trasladan a los trabajadores migrantes a grandes mataderos. Algunos trabajan por tan sólo 3 euros a la hora, mientras que un trabajador alemán esperaría cobrar cuatro veces esa cantidad por el mismo tiempo de labor.

Cuando los rumanos se pusieron en huelga por no recibir los sueldos que se les había prometido, su empleador envío a unos hombres para darles una paliza. "Golpearon la puerta, me tiraron al suelo, me patearon. Estaba sentado en una silla mientras me golpeaban. Mire aquí, perdí un diente, y este otro se mueve", señala Daniel Kincza, una de las víctimas.

Wilfried Ideke, propietario del matadero, fue condenado a tres años de prisión por tráfico de trabajadores y contratación ilegal. El caso de los trabajadores rumanos salió a la luz porque éstos lo comunicaron a un sindicato y acudieron a los tribunales. De acuerdo con los sindicatos, no se trata de un incidente aislado.

"Estamos hablando de una forma moderna de esclavitud: traficantes e intermediarios que envían a Alemania a trabajadores no plenamente informados de la labor que deberán desempeñar. A menudo, no existe posibilidad de averiguar más detalles porque desconocen el idioma. Mienten a los trabajadores al redactar los contratos", denuncia Markus Dieterich de NGG, sindicato del sector de la alimentación en Alemania.

La mayoría de los rumanos han abandonado ya la industria cárnica alemana, ya que el acuerdo bilateral entre Rumanía y Alemania ha concluido. Ahora, la mayoría de los vehículos aparcados junto a la fábrica de productos cárnicos son polacos. La empresa ha sido absorbida por una compañía danesa. En un cartel anónimo colgado de un árbol se insta a los carniceros a protestar contra la mano de obra extranjera barata que se queda con los puestos de trabajo alemanes...

"Los consumidores quieren comprar carne y tomates a precios cada vez más bajos. La mayoría de ellos desconoce que la carne que adquieren ha sido preparada por trabajadores migrantes que se enfrentan a prácticas de explotación lejos de su hogar", señala Roger Plant, autor del informe. "Debe forjarse ya una alianza global contra el trabajo forzoso, con el fin de garantizar que esta grave violación de los derechos de hombres y mujeres de todo el mundo sea relegada por fin a la historia."


Nota 1 - Una alianza global contra el trabajo forzoso, Informe mundial realizado como parte del seguimiento a la Declaración sobre los principios y derechos fundamentales en el trabajo de la OIT, 2005, Oficina Internacional del Trabajo, Ginebra. ISBN: 92-2-315360-3. Precio: 35 francos suizos.