Esta historia fue escrita por la Sala de Noticias de la OIT. Para ver las declaraciones y discursos oficiales de la OIT, por favor visite nuestra sección "Declaraciones y Discursos".

Día Mundial sobre la Seguridad y la Salud en el Trabajo 2005 Promover la seguridad en el sector de la construcción en Camboya: más vale prevenir que curar

Anualmente se producen en todo el mundo por lo menos 60.000 accidentes mortales en las obras de construcción, según un informe de la OIT publicado para el Día Mundial sobre la Seguridad y la Salud en el Trabajo 2005. El Día Mundial de 2005, que se celebrará el 28 de abril, se centra en la prevención de los accidentes y las enfermedades relacionados con el trabajo, especialmente en el sector de la construcción. El periodista Bronwyng Sloan destinado en Phnom Penh informa sobre la situación en las obras de construcción en Camboya.

Artículo | 26 de abril de 2005

PHNOM PENH - En Europa, Estados Unidos o Australasia, zonas del mundo preocupadas por la seguridad, a los trabajadores no se les ocurriría trabajar en una obra de construcción sin un equipo de seguridad tan básico como el casco. Sin embargo, en países como Camboya, donde los trabajadores de la construcción reciben 1,50 dólares por día y no hay leyes que obliguen a las empresas a ofrecer medidas de seguridad, no es algo que se haga automáticamente.

Los trabajadores se mueven, sin casco ni ropa o zapatos de protección, por un laberinto de alambres eléctricos pelados, alambres sueltos y polvo. Escalan muros sin arneses, utilizando equipos en malas condiciones o anticuados que han recibido con escasa formación sobre su uso. Los botiquines de primeros auxilios o las inspecciones sobre seguridad y salud son prácticamente desconocidos.

Sok Sovann, presidente de la Federación Nacional de Trabajadores de la Construcción y la Madera de Camboya, explica que antes de recibir el curso de formación en la Organización Internacional del Trabajo, nunca había pensado en ello, y que nadie lo hace a menos que haya sido educado sobre los riesgos y las simples medidas que se necesitan para reducirlos.

La mayoría de la población de Camboya se considera agrícola, pero en una cultura de subsistencia donde una mala temporada o un enfermo en la familia puede significar tener que pedir dinero prestado, dinero contante y sonante que es difícil de obtener, muchos abandonan sus aldeas para buscar trabajo en las grandes ciudades y pocos son conscientes de sus derechos o de los riesgos que asumen cuando encuentran trabajo temporal en las obras de construcción.

Cada año, la OIT celebra el 28 de abril el Día Mundial sobre la Seguridad y la Salud en el Trabajo. Se trata de una iniciativa de vital importancia máxime si se tiene en cuenta las vidas que se pierden o malogran innecesariamente por culpa de los accidentes relacionados con el trabajo - la OIT estima que, cada día, en el mundo muere un promedio de 5.000 personas a causa de accidentes o enfermedades del trabajo, lo que equivale a un total de entre 2 y 2,3 millones de muertes relacionadas con el trabajo. De esta cifra, unos 350.000 son accidentes mortales y entre 1,7 y 2 millones son enfermedades mortales.

Además, la Organización estima que cada año los trabajadores sufren en todo el mundo unos 270 millones de accidentes que causan ausencias de más de 3 días de trabajo y unas 160 millones de enfermedades no mortales. Estas cifras deberían inspirar a los empleadores y los gobiernos, ya que aproximadamente un 4 por ciento del PIB mundial se pierde con el costo de los accidentes, las muertes y las enfermedades en forma de ausencias del trabajo, tratamientos y prestaciones de incapacidad y de familiares supérstite.

Jukka Takala, encargado del Programa SafeWork de la OIT, señala que el número global de accidentes y enfermedades en el sector de la construcción es muy difícil de cuantificar, ya que no se dispone de información estadística en muchos países y que los datos estadísticos sobre las enfermedades profesionales son incluso más difíciles de obtener. Lo que está claro, dice no obstante, es que el sector de la construcción es mucho más peligroso que la mayoría de los demás sectores económicos.

Por eso, cuando camboyanos como Sok Sovann, que desempeñan una función clave en el sector de la construcción, reciben cursos de formación en materia de seguridad con miras a formar a otros en ese sector, se está dando un paso muy importante para la nación.

Sok Sovann dice que gran parte de las medidas se resumen a algo tan simple como: no dejar cables en el suelo con los que puedan tropezar los trabajadores, ser conscientes de que pulverizar con productos químicos y pintura puede ser peligroso o saber que las herramientas que se están utilizando puede que no estén en buenas condiciones y pueden causar daños.

Sok Sovann explica además que durante el curso se intercambiaron muchas historias divertidas entre ellos, y que sólo eso ya significa que son más conscientes de la situación. La idea principal de la formación es educar y conseguir que los trabajadores sean más conscientes de forma que puedan entender un poco mejor cuales son los peligros del lugar donde trabajan cada día. Por ejemplo, continua diciendo, después de la formación todos comprenden que tienen que llevar casco para protegerse.

El proyecto de Sovann corresponde con la estrategia de la OIT en materia de gestión, planificación y coordinación a través del diálogo social, que fomenta el diálogo entre la dirección y los trabajadores para que ambos disfruten de un entorno de trabajo más seguro y productivo.

Tun Sophorn, del proyecto sobre economía informal de la OIT, señala que en agosto del año anterior se organizó un curso similar sobre seguridad básica en la agricultura. El principal centro de atención es bastante básico: manejo y almacenamiento de material, gestión de las estaciones de trabajo, seguridad de la maquinaria, entorno laboral, instalaciones y organización del trabajo.

Tun Sophorn explica que el hecho de que los cursos sean tan efectivos es que hay alumnos de todos los grupos clave, desde el Ministerio de Trabajo hasta las asociaciones profesionales y de empleadores o las asociaciones de trabajadores y los sindicatos, que cuando regresan a sus países se encargan de formar personal en la materia, por ejemplo, en el último curso hubo 25 participantes que una vez de regreso a sus zonas han formado a otras personas, de manera que las calificaciones y las ventajas de aplicar estos, a menudo, pequeños cambios se están divulgando ampliamente a través de toda la industria.

Todavía no está claro cuál será su repercusión. En un sector donde el perjuicio por las malas prácticas de trabajo actuales puede que tarde decenios en aflorar a la superficie en forma de enfermedades respiratorias o cáncer de piel, por ejemplo, la campaña se enmarca dentro de una estrategia a muy largo plazo, en la que los beneficios financieros y el costo en ahorro de sufrimiento humano se dejarán sentir dentro de una generación.

Pero a medida que Camboya, recientemente aceptada en la OMC, se desarrolla y crece, su Gobierno y sus trabajadores, así como los empresarios responsables, están adoptando la orientación educativa proporcionada por la OIT en materia de eficacia de los costos y preservación de vidas.

Tun Sophorn recuerda que el año pasado las 35 personas que participaron en el curso de formación sobre seguridad en la agricultura, ya han formado a 300 personas. El mes anterior, un grupo de altos expertos procedentes de Japón visitó junto con los participantes en el curso de formación una obra de construcción para ver de primera mano lo que está mal y lo que debe cambiarse. El valor de poder compartir esta clase de conocimiento con tanta gente en tantos niveles diferentes de la industria y el gobierno no se puede medir.

Entre esos expertos figuraba Toyama Naoki del Centro de seguridad y salud en el trabajo de Tokyo, considerado como uno de los líderes mundiales en este campo, que ha recibido el mandato de fomentar en los países en desarrollo que están creciendo tan rápido como la Camboya posterior a la guerra civil, recorrida por una ola de construcción impulsada por una prosperidad derivada de la reciente estabilidad política y el aumento de la seguridad económica, a insistir en el crecimiento económico y en la responsabilidad ética de proteger sus recursos humanos.

Y en países como Camboya, con pocas leyes o precedentes que garanticen que aquellas personas incapacitadas para trabajar o las familias que dejan atrás reciban una compensación, todo el mundo en el sector está de acuerdo en que más vale prevenir que curar.

La OIT es consciente desde hace tiempo de la necesidad de dispensar un trato especial a la construcción y ya en 1937 adoptó su primer Convenio para el sector. En 1988 se adoptó el Convenio sobre seguridad y salud en la construcción (Núm. 167) y la Recomendación que lo acompaña (núm. 175), en los que se aborda específicamente la necesidad de planificar y coordinar la seguridad y salud en las obras de construcción.


Nota 1 - La prevención: una estrategia global. Promover la seguridad y la salud en el trabajo. Informe de la OIT para el Día Mundial sobre la Seguridad y la Salud en el Trabajo, Oficina Internacional del Trabajo, Ginebra, 2005. ISBN 92-2-117107-8.