TALDIKORGAN – De pie, en las frías condiciones invernales, Slava Kim sabe cómo negociar. "Las manzanas de aquí son afamadas. Son las mejores de Kazajstán", dice con orgullo Kim, de 26 años, en el exterior del bullicioso mercado de frutas y verduras de Taldikorgan, capital de la provincia de Almaty (Sudeste de Kazajstán), y cuyo nombre proviene de esa fruta.

A pesar del entusiasmo con que vende las manzanas, renombradas por su variedad y buen sabor, éstas no llegan nunca hasta la capital comercial del país y su mercado más grande, Almaty, que está apenas a 270 kilómetros al sudeste, y mucho menos hasta el resto de esta vasta nación de Asia Central de 15 millones de habitantes. De hecho, la mayoría de las frutas y verduras procede del Kazajstán meridional o es importada del vecino Uzbekistán. "Yo sólo vendo mis manzanas aquí", reconoce Kim, y admite que no sabe mucho de economía de mercado.

Precisamente esta falta de capacidad local es lo que está tratando de abordar en 2005 la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en colaboración con las autoridades locales y con las ONG en el terreno.

De las manzanas a la promoción

Además de las manzanas, la región tiene un fuerte potencial en otras actividades agrícolas y en la cría de animales. Como parte de una iniciativa de 2 millones de dólares EE.UU. aplicada por el Ministerio de Desarrollo Internacional del Reino Unido (DFID) para potenciar la capacidad de las instituciones que se ocupan de cuestiones de empleo (en particular, del empleo de los jóvenes) en Azerbaiyán, Georgia, Kirguistán y Kazajstán, la OIT se ha centrado en Taldikorgan, en la formación profesional, la promoción regional y la introducción de principios modernos en materia de cooperativas. "Queremos revitalizar la economía local con objeto de crear nuevos empleos y, a la vez, generar ingresos", declaró Geert van Boekel, consultor regional de la OIT sobre desarrollo económico local y cooperativas.

Dijo que los problemas de esta región son similares a los de los países de Europa Oriental y Central, en los cuales el acceso a la financiación y a los mercados también ha resultado difícil. Tras el colapso de la Unión Soviética en 1991, la infraestructura agrícola de la región registró cambios profundos. Estos cambios afectaron la planta de procesamiento de manzanas que había en esa zona, y que anteriormente era muy próspera, según nos explicó el coordinador nacional de la OIT en Almaty, Saule Kudekova. A pesar de que fue privatizada, la planta de procesamiento quebró al no poder responder a las nuevas demandas de una economía de mercado y disminuyó la capacidad local. Al igual que en muchos países de la ex Unión Soviética, la renuencia de la gente a trabajar conjuntamente, después de años de agricultura colectiva, agravó los problemas que se planteaban a las nuevas empresas privatizadas.

Esta realidad está cambiando en la actualidad. Los agricultores como Kim finalmente están entendiendo que no pueden competir por sí solos. De hecho, en muchas zonas rurales, los habitantes se están uniendo para llevar sus productos al mercado. Pero incluso cuando los agricultores aúnan fuerzas, siguen careciendo de las aptitudes necesarias para competir en la actual economía de mercado. Según señala van Boekel, las granjas deben ser consideradas como empresas para ser competitivas, y en este contexto la educación constituye un componente vital. Muchos estudiantes graduandos de las escuelas vocacionales de la zona tuvieron dificultades para encontrar empleo porque no tenían aptitudes y calificaciones suficientes. Al igual que en muchas de esas escuelas de la ex Unión Soviética, esas instituciones siguieron impartiendo una formación que ya no se correspondía con la actual economía de mercado, declaró con franqueza el funcionario de la OIT y añadió que esa formación "no se ajusta a la demanda real del mercado de trabajo ni a la oferta de mano de obra". No obstante, la formación profesional era tan solo un elemento de la ecuación. Era indispensable concertar los esfuerzos para promover y comercializar los puntos fuertes de la región. "Si se desea aumentar la producción, hay que promover lo que uno hace. La gente debe conocer el potencial que tiene", dijo van Boekel.

Como parte de ese esfuerzo, la OIT está prestando asistencia a las autoridades locales para desarrollar nuevos materiales de promoción (páginas web, guías sobre inversión, etc.) – en el marco de una estrategia regional global de promoción – recurriendo a las oficinas comerciales de las embajadas extranjeras en Almaty y en Astana (la nueva capital del país), así como a las oficinas comerciales de las embajadas de Kazajstán en el extranjero. "Al centrarse en la elaboración de productos concretos, tales como guías sobre inversión, la OIT podría obtener muy pronto un impacto durante el período de vida del producto", declaró van Boekel, y añadió que "la promoción regional concierne a toda una variedad de aspectos diferentes, así como a aptitudes, que incluyen un desarrollo estratégico, la formulación, supervisión y evaluación de proyectos, la promoción del turismo y las artesanías, que podrían formar parte de este proyecto de desarrollo económico local"; también recalcó la importancia de un foro regional de desarrollo. "Esto es importante porque esperamos que este foro retome nuestro papel en la promoción y el desarrollo de la región, una vez que se termine el proyecto".

El tercer componente que la OIT también desea implantar es la introducción de principios modernos en materia de cooperativas en la producción agrícola. Los beneficios serían inmensos, dado que aproximadamente el 70 por ciento de la población trabaja en la agricultura. "Deseamos promover la organización de la producción y hacerla eficiente y competitiva", dijo van Boekel, y explicó que el problema no reside tanto en la calidad como en la cantidad. "Es necesario que potencien su capacidad. Debemos abrirle los ojos a la gente para que se entere del potencial que existe, pero también de los riesgos a que se exponen si no lo hacen".

Afortunadamente, esto es exactamente lo que están haciendo las autoridades de la zona. "El hecho de compartir la experiencia internacional constituye una oportunidad real para desarrollar el potencial de esta región", nos afirma Nurila Bukekbayeva, jefa del departamento provincial de Almaty para la mano de obra y la seguridad social, en su oficina de Taldikorgan. "En el último año, la mentalidad de la gente ha cambiado y ahora necesita nuevas aptitudes". Zholtai Baltabekov, Director del Departamento de sectores rurales para la provincia de Almaty, coincide con esta opinión y da como ejemplo el hecho de que en la zona hacen falta plantas de procesamiento para los vegetales, la carne y los productos lácteos. "Debido a la falta de plantas de procesamiento, la gente no tiene interés en producir más", dijo Baltabekov y añadió que este era uno de los problemas que estaba tratando de abordar, ya que se estaba planificando la construcción de dos plantas de procesamiento en la región. Como parte de estos esfuerzos, la OIT también aportará conocimientos técnicos de otros países de la región adquiridos gracias a la creación de alianzas positivas y exitosas en el sector agrícola; se organizarán seminarios que estarán abiertos para todas las partes interesadas de la región del proyecto.

Entretanto, van Boekel ya está mirando hacia el futuro, y espera obtener resultados tangibles durante el primer trimestre de 2005. De tener éxito, estas experiencias, procesos y mecanismos de las tres esferas piloto, podrían reproducirse, tal vez, en el plano nacional. "Estamos tratando de lograr un consenso entre el sector público, el privado y la sociedad civil", dijo, y aseguró que las actividades realizadas en el marco del proyecto contaban con el apoyo de una amplia plataforma local. Añadió que "las actividades del proyecto, idealmente, deberían formar parte de la rutina normal de trabajo de las instituciones locales".

Nota 1 - Véase el informe del Director General a la Séptima Reunión Regional Europea, vol. 1, Actividades de la OIT 2001-2004, La cooperación en un entorno cambiante.