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7 a Reunión Regional Europea en Budapest Equilibrar la flexibilidad, la estabilidad y la seguridad en los mercados de trabajo europeos

Los responsables de la formulación de las políticas de toda Europa se están viendo confrontados con el desafío fundamental de reglamentar un mercado de trabajo que evoluciona con rapidez en el marco de una economía globalizada. En este sentido, cabe preguntarse si dichos responsables tendrán en cuenta los llamamientos formulados en favor de una mayor flexibilidad para superar lo que se ha venido denominando como los factores de rigidez del mercado de trabajo en la región (la legislación de protección del empleo, la capacidad de negociación sindical, la existencia de sistemas generosos de bienestar social y las fuertes cargas fiscales sobre el trabajo) o si, por el contrario, recurrirán a un modelo de "flexiguridad", consistente en una nueva forma de equilibrar la flexibilidad y la seguridad en relación con el empleo, los ingresos y la protección social. La "flexiguridad" es una de las principales cuestiones que se discutirán en la Reunión Regional Europea de la OIT, que se celebra en Budapest del 14 al 18 de febrero. OIT en línea habló con Sandrine Cazes, Alena Nesporova y Peter Auer, expertos en empleo de la OIT.

Artículo | 16 de febrero de 2005

OIT en línea: ¿El empleo se ha hecho más flexible en Europa?

Sandrine Cazes: Los estudios realizados por la OIT y otras entidades ponen en entredicho la afirmación de que, a medida que los mercados de trabajo se hacen más flexibles, la estabilidad del empleo pasa a ser un hecho del pasado, al menos en Europa Occidental. La relación de empleo es más estable de lo que se suele suponer en el mundo industrializado. De hecho, la estabilidad del empleo, medida por la permanencia media en el empleo y representada mediante cifras correspondientes al conjunto de los países europeos, apenas ha variado en los últimos años, pese a las considerables diferencias existentes entre los países y la persistente segmentación entre los núcleos de trabajadores que gozan de una protección óptima y que tienen empleos permanentes y los trabajadores que ocupan formas flexibles de empleo y que gozan de una protección menor.

Algunos de los países de mayor tamaño, como Alemania e Italia, han experimentado un crecimiento de las formas más flexibles de empleo, mientras que en España, Francia y el Reino Unido, el aumento de la flexibilidad se ha visto superado por la proliferación de formas "convencionales" de empleo.

OIT en línea: ¿La flexibilidad compensa?

Peter Auer: El análisis de la situación de los países de Europa Occidental pone de manifiesto que, aunque éstos siguen disfrutando de un nivel relativamente alto de estabilidad laboral, la permanencia en el empleo no equivale necesariamente a una sensación percibida de seguridad en el empleo. De hecho, en muchos casos, los países que registran los índices más altos de permanencia media en el empleo no son los que obtienen los mejores resultados en cuanto a trabajo decente, el cual consiste en una combinación de factores como el cobro de salarios apropiados, la percepción de seguridad laboral y la participación en programas de formación.

Estos países, entre los que figuran Alemania, España, Francia, Grecia e Italia, parecen tener tasas de empleo más bajas que los países más "flexibles", como Dinamarca, Finlandia y los Países Bajos. Aunque este hecho puede deberse a muchos factores, como las tasas de empleo femenino y la distribución sectorial del empleo, la flexibilidad también influye.

Cabe señalar que algunos países de Europa Occidental han logrado aumentar considerablemente el número de empleos sin sacrificar su calidad. Estos países registran las tasas más elevadas de empleo (incluido el empleo de los jóvenes), un bajo índice de desempleo, altas cotas de participación femenina en el mercado de trabajo, buenos resultados respecto de la transformación de trabajos temporales en permanentes y uno de los niveles más altos de calidad de empleo y de percepción de seguridad.

Los países flexibles registran altas tasas de empleo juvenil y un alto índice de transformación de empleos temporales en permanentes. En tres años, cerca del 65 por ciento de los trabajos temporales en Dinamarca y el 55 por ciento de los trabajos temporales en los Países Bajos se transformaron en empleos permanentes.

OIT en línea: ¿La estabilidad del empleo compensa?

Peter Auer: Se suele pasar por alto que un cierto grado de estabilidad en los mercados de trabajo - lo que equivale a una cierta cantidad de empleos de larga duración - favorece la productividad, además de ser uno de los cimientos en que se basa la seguridad de los trabajadores. Sin embargo, todo parece indicar que, si los trabajadores tienen la suficiente confianza como para dejar sus trabajos y gozan de un alto nivel de protección mientras buscan otro empleo, éstos se sienten menos "bloqueados" en sus trabajos y tienen mayores opciones de empleo, lo que a su vez conlleva una mayor correspondencia entre la oferta y la demanda de mano de obra. De esto se desprende que se requiere algo más que la mera estabilidad del empleo para lograr buenos resultados respecto de la cantidad y la calidad del mismo, aun si dicha estabilidad debería ser el fundamento de todo sistema de empleo.

Es probable, pues, que una combinación razonable de empleos de larga y corta dura ción, junto con instituciones del mercado de trabajo que garanticen la protección social y la protección de los ingresos y de la empleabilidad durante los períodos de transición, cree una mayor sensación de seguridad del mercado de trabajo que la mera estabilidad del empleo en un entorno incierto.

OIT en línea: ¿Esto se aplica también a los países de Europa Central y Oriental?

Alena Nesporova: Por el contrario, los países de Europa Central y Oriental han experimentado fuertes movimientos en sus mercados de trabajo debido al ritmo acelerado de destrucción de empleos tras la transición y el limitado margen de creación de empleo en la economía formal. Si bien la proporción de formas tradicionales de empleo flexible, como los empleos de duración determinada, los trabajos a tiempo parcial y, incluso, el empleo independiente (tras un aumento inicial), se ha mantenido bastante estable, se ha producido un aumento del empleo basado en contratos no laborales y del trabajo realizado sin contrato.

Aunque el número de contratos de duración determinada ha aumentado en la mayoría de estos países, su proporción sigue siendo mucho más baja que en los países de la UE, ya que representan bastante menos del 10 por ciento del empleo total. La tasa de permanencia media en el empleo en los países de Europa Central y Oriental es bastante baja en comparación con la registrada en algunos países de Europa Occidental.

No obstante, estas formas de flexibilidad del mercado de trabajo no han servido en general para mejorar la movilidad en el mercado de trabajo formal. Una fuerte sensación de inseguridad en el empleo originada por la escasez general de demanda de mano de obra y de protección contra el desempleo parece estar provocando que los trabajadores se muestren reticentes a abandonar voluntariamente empleos poco productivos y a buscar otros más productivos. Esto puede tener importantes efectos negativos en el aumento de la productividad.

Por otro lado, Hungría y Polonia, los dos países que más han avanzado en el proceso de desreglamentación, registran también unas de las tasas más bajas de empleo y de participación de la fuerza de trabajo de los 25 Estados miembros de la UE. Esto pone de manifiesto que la desreglamentación no es la solución de los malos resultados en materia de empleo.

OIT en línea: ¿En qué medida participan los interlocutores sociales en la reforma del mercado de trabajo en el ámbito nacional?

Sandrine Cazes: La cuestión principal es que las instituciones y las políticas del mercado de trabajo son realmente importantes. Al parecer, todos los indicadores del mercado de trabajo se ven afectados positivamente por las políticas activas de mercado de trabajo y por una mayor intensidad de negociación colectiva. Más que contemplar la mera desreglamentación, los programas de los antiguos países en transición deberían incluir claramente políticas encaminadas a estimular la promoción del empleo y a reducir el desempleo, con el fin de proteger la transición a nuevos trabajos.

Por supuesto, no hay un único contexto institucional óptimo para cada país, ya que todos ellos difieren en lo que respecta a su experiencia nacional, su cultura y sus circunstancias. Por ello, cada país debe considerar una amplia gama de opciones en materia de políticas para crear mercados de trabajo que ofrezcan tanto flexibilidad como seguridad. En este sentido, el diálogo social es sin duda el mejor instrumento para poner a prueba la aceptabilidad y la eficacia de los cambios propuestos y garantizar un amplio apoyo a los mismos.

OIT en línea: ¿Deberían las políticas sociales y de mercado de trabajo de los gobiernos centrarse en el empleo más que en el bienestar social?

Peter Auer: Para mantener un sistema que garantice la seguridad del mercado de trabajo en las transiciones entre empleos se requieren altas tasas de empleo, y el sistema debe basarse en el trabajo más que en el bienestar social. Dicho sistema tiene sus costos y pone el acento en la responsabilidad individual, como la obligación de participar en las medidas de "activación", las cuales se han convertido poco a poco en norma en muchas partes de Europa. Sin embargo, si los beneficios públicos de este sistema de "flexibilidad protegida" se distribuyeran ampliamente, los costos parecerían aceptables.

OIT en línea: ¿Qué puede hacer la OIT para promover aún más el concepto de "flexiguridad" en los niveles nacional y regional?

Alena Nesporova: La "flexiguridad" requiere tasas elevadas de empleo, aunque también las propicia. Sin empresas competitivas capaces de adaptar su mano de obra a las condiciones del mercado de trabajo, los resultados en materia de empleo serán malos. Con todo, como ya se ha explicado, un alto grado de flexibilidad del mercado de trabajo no puede resolver por sí mismo el problema del desempleo, a menos que, gracias a una ayuda continuada para la reinserción profesional, a políticas activas de mercado de trabajo y al apoyo de los ingresos, los trabajadores disfruten de una seguridad en materia de empleo e ingresos que los motive a aceptar una mayor movilidad y flexibilidad y facilite su adaptación.

El diálogo entre los gobiernos, los trabajadores y los empleadores sobre las opciones políticas es la base de la "flexiguridad".

El proyecto de "flexiguridad" de la OIT, que abarca Bulgaria, Croacia, Hungría, Lituania, Polonia y la República Checa, supone la puesta en práctica de este concepto e ilustra las diferentes respuestas en materia de políticas que han dado los países de Europa Central y Oriental a los desafíos relacionados con el empleo.


Nota 1 - Gestionar las transiciones: Gobernanza y trabajo decente, Informe del Director General, vol. II, Séptima Reunión Regional Europea, Budapest, febrero de 2005, y, más concretamente su Capítulo 3, titulado Equilibrar la flexibilidad, la estabilidad y la seguridad en los mercados de trabajo europeos.