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África: la inseguridad agrava la pobreza

JOHANNESBURGO - En los últimos 15 años, África ha sufrido más inseguridad económica e inestabilidad que cualquier otra región del mundo. Según un reciente informe de la OIT presentado el mes pasado en la reunión anual de la Comisión de Asuntos Sociales y Laborales de la Unión Áfricana, de los 23 países africanos de los que se tienen datos pertinentes, 19 forman parte de la categoría "queda mucho por hacer" y se enfrentan, por lo tanto, a grandes retos en términos de reformas de política, creación de capacidad y obtención de resultados. Entrevista con Guy Standing, Director del Programa de Seguridad Socioeconómica de la OIT.

Artículo | 11 de mayo de 2005

JOHANNESBURGO - En los últimos 15 años, África ha sufrido más inseguridad económica e inestabilidad que cualquier otra región del mundo. Según un reciente informe de la OIT ( Nota 1) presentado el mes pasado en la reunión anual de la Comisión de Asuntos Sociales y Laborales de la Unión Áfricana, de los 23 países africanos de los que se tienen datos pertinentes, 19 forman parte de la categoría "queda mucho por hacer" y se enfrentan, por lo tanto, a grandes retos en términos de reformas de política, creación de capacidad y obtención de resultados. Entrevista con Guy Standing, Director del Programa de Seguridad Socioeconómica de la OIT.

1. ¿Cómo miden en su programa la seguridad económica?

Nosotros examinamos, en primer lugar, siete aspectos como los ingresos, el acceso a las oportunidades laborales, la seguridad en el trabajo, el acceso a la formación y - especialmente - la representación. A menos que las personas dispongan de una seguridad económica básica y de acceso a organizaciones que protejan sus intereses, serán vulnerables. Después, examinamos los compromisos de los gobiernos en materia de políticas, la existencia de instituciones que promuevan esas políticas y los resultados obtenidos.

2. En su informe, al examinar los niveles nacionales de seguridad económica, se divide a África en cuatro grupos de países. ¿Podría describírnoslos?

Los países se dividen en cuatro categorías: los líderes - países con políticas, instituciones y resultados buenos; los pragmáticos - países con buenos resultados, a pesar de disponer de políticas o instituciones menos buenas; los convencionales - países aparentemente con políticas e instituciones buenas, pero con resultados menos brillantes; y los países donde queda mucho por hacer - con políticas e instituciones débiles o inexistentes y malos resultados.

De los 23 países africanos de los que se disponen de datos adecuados, 19 de ellos (o lo que es lo mismo el 83 per ciento) obtienen resultados en el índice de seguridad económica que los sitúa claramente en la parte baja de la categoría de países donde "queda mucho por hacer", lo que implica que sus políticas, instituciones y resultados no son buenos.

La necesidad de un mayor crecimiento económico estable no ha recibido la atención debida. En general, los sistemas de seguridad social en África siguen estando poco desarrollados, menos que en el resto del mundo. Si se mide de forma combinada la cobertura legislativa de los riesgos típicos de la seguridad social, los países que han avanzado más en ese aspecto se sitúan en el norte de África, junto con Mauricio y Sudáfrica.

3. La seguridad de los ingresos es un elemento indispensable de la seguridad social ¿Qué ocurre con los ingresos de los habitantes de África?

Mientras que las tasas de pobreza correspondientes a África están subestimadas en comparación con otras partes del mundo, debido a los procedimientos de medición, los problemas se agravan por el hecho de que la inseguridad de los ingresos es muy alta. De acuerdo con la Encuesta sobre la seguridad de las personas realizada por la OIT en cuatro países africanos, la mayoría de los africanos sufren una inseguridad de los ingresos aguda, incluso aunque no se encuentren realmente en situación de pobreza en ningún momento en particular.

En Sudáfrica, una tercera parte de los habitantes estima que los ingresos en su hogar son insuficientes para hacer frente a las necesidades alimentarias, y muchos más dicen lo mismo con respecto a sus necesidades en materia de vestimenta, vivienda y asistencia sanitaria. En Etiopía, el 78 per ciento de los hombres y el 83 per ciento de las mujeres indican que los ingresos de sus hogares son inadecuados para subvenir a sus necesidades básicas. Aproximadamente el 12 per ciento de los hogares etíopes señala que por lo menos un miembro joven de la familia ha tenido que dejar la escuela por problemas financieros, cerca del 8 per ciento se ha visto obligado a vender parte del ganado, y el 7 per ciento ha vendido joyas para pagar sus deudas.

Los ingresos son rara vez estables o predecibles. En Tanzanía y Ghana, la mayoría de las personas dice que los ingresos de sus hogares varían de un mes a otro, y que especialmente varían para los que dependen en gran medida o exclusivamente de ingresos no salariales, para los menos educados y para las mujeres.

4. ¿Quiénes son los que más apoyan la seguridad básica y la redistribución? y ¿quienes los que no?

Tanto en Ghana como en Sudáfrica, los habitantes de las zonas rurales son más propensos a apoyar la opción igualitaria de que todo el mundo disponga de los mismos ingresos. En cambio, el apoyo "sin límites, pero con políticas para ayudar a los pobres" tiene más adeptos entre los que tienen un nivel educativo más alto; precisamente los que pueden esperar alcanzar unos niveles de ingresos más altos que los que tienen menos calificaciones.

Independientemente de los ingresos de cada uno, todos quieren que sus sociedades concedan más ayudas a los pobres, y ello se aplica incluso cuando prevén que esto puede implicar que su situación empeore ligeramente.

5. En Sudáfrica ¿existe un legado de apartheid y de desigualdades persistentes basadas en la raza?

Según nuestras encuestas, la población negra es más propensa a favorecer la igualdad y un límite superior de los ingresos, mientras que la población blanca se opone fuertemente a un límite superior. Lo que es muy estimulante es que una mayoría de los dos grupos raciales principales favorece unos ingresos mínimos, correspondientes a la popularidad del subsidio de ingresos básicos propuesto en el país.

6. ¿Qué ocurre con el empleo como forma de "salir de la pobreza" y la inseguridad económica?

Muy pocos africanos disfrutan de una seguridad del empleo fuerte. En Sudáfrica, una gran parte de los obreros y los asalariados lleva poco tiempo en su puesto de trabajo. La estructura de edad de la fuerza laboral es un aspecto clave. Desgraciadamente, en el caso de Sudáfrica y de otros países de África, un factor que influye en el bajo nivel de permanencia en los trabajos es la repercusión del VIH/SIDA. Muchos trabajadores no viven vidas activas lo suficientemente largas como para trabajar durante mucho tiempo en un mismo empleo.

Otro aspecto que hay que tener presente es el alto nivel de informalidad de la economía y el trabajo en África. En Etiopía, nuestra encuesta reveló que cerca de una tercera parte de la fuerza laboral urbana participa en trabajos muy informales, siendo las mujeres las que con mucha más frecuencia se encuentran en esa situación.

La mayoría de los trabajadores en África trabajan de forma informal aunque estén trabajando para las empresas llamadas formales. La informalidad del trabajo no se refleja claramente en el concepto basado en la empresa tan ampliamente utilizado por analistas y autores de informes. En Etiopía, la mayoría de los trabajadores en empresas (o establecimientos) de relativa gran escala se encuentran en una situación laboral bastante informal.

7. ¿Se debe esto a la debilidad del movimiento sindical en África?

Muchos trabajadores, especialmente en África, no tienen una cultura sindical, no les llama la atención pertenecer a un sindicato y no son conscientes de las ventajas que puede ofrecerles.

Un rasgo común en Sudáfrica, que aproximadamente se repite en otros países, es que los menos educados son los que menos probabilidades tienen de hacerse una opinión sobre los sindicatos: al tener menos conocimiento de las ventajas que podrían obtener con su afiliación, son menos propensos a afiliarse o a participar en actividades sindicales. La ironía de todo esto es que los menos educados y los grupos más desfavorecidos como las mujeres son los que más necesidad tienen de contar con una representación colectiva fuerte que luche contra las diversas formas de inseguridad a las que se enfrentan.

Un hecho que suscita más preocupación en el caso de África que en otras regiones es la falta de representación en el mundo del trabajo en esta era de globalización en la que una representación colectiva débil deja a muchos trabajadores en situación de inseguridad.

8. ¿Cuál es el papel de la globalización y la liberalización del comercio en todo esto?

A este respecto cabe señalar algo bastante más controvertido, pero importante: en un informe mundial anterior ( Nota 2) se señala que aunque la liberación del comercio es beneficiosa para la seguridad económica, la liberalización de las cuentas de capital en los países en desarrollo puede ser perjudicial para la seguridad económica, y nosotros atribuimos esto al hecho de que cuando no se desarrollan las capacidades institucionales para resistir a los choques la liberalización de las cuentas de capital provoca una mayor inestabilidad económica.


Nota 1

Nota 2 - Seguridad económica para un mundo mejor, Oficina Internacional del Trabajo, Programa de Seguridad Socioeconómica, Ginebra, 2004.