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TRABAJADORES MIGRANTES DE LA CONSTRUCCION: DISMINUYEN LOS SALARIOS Y SE DETERIORAN LAS CONDICIONES DE TRABAJO

A pesar de que en diversas regiones de Asia y el Oriente Medio siguen faltando trabajadores de la construcción, la creciente afluencia de mano de obra migrante, tanto legal como ilegal, y la fuerte competencia por los puestos disponibles han provocado la baja de los salarios y un gran deterioro de las condiciones de trabajo en esas regiones. En un nuevo informe, la OIT pone de manifiesto esta inquietante tendencia, así como la ineficacia de la mayor parte de las medidas de protección aplicadas por los países de emigración; por su parte, los países receptores de mano de obra no se han dotado de mecanismos para hacer respetar su legislación laboral en lo que atañe a los trabajadores migrantes.

Comunicado de prensa | 6 de marzo de 1996

GINEBRA (Noticias de la OIT) - A pesar de que en diversas regiones de Asia y el Oriente Medio siguen faltando trabajadores de la construcción, la creciente afluencia de mano de obra migrante, tanto legal como ilegal, y la fuerte competencia por los puestos disponibles han provocado la baja de los salarios y un gran deterioro de las condiciones de trabajo en esas regiones. En un nuevo informe*/ Nota1, la OIT pone de manifiesto esta inquietante tendencia, así como la ineficacia de la mayor parte de las medidas de protección aplicadas por los países de emigración; por su parte, los países receptores de mano de obra no se han dotado de mecanismos para hacer respetar su legislación laboral en lo que atañe a los trabajadores migrantes.

Entre el 4 y el 8 de marzo, en la sede de la OIT, en Ginebra, se celebrará una reunión a la que concurrirán representantes de los gobiernos, los empleadores y los trabajadores de más de 30 países, con el objeto de examinar estas y otras cuestiones relativas a la migración de trabajadores, así como medios para promover la aplicación de las normas internacionales del trabajo en el sector de la construcción.

"Los trabajadores migrantes han aportado una importante contribución a las economías de los países de inmigración y, mediante sus remesas, a sus países de origen", puede leerse en el informe. Sin embargo, estos "factores positivos" han sido contrarrestados por dos problemas, a saber, que es cada vez más tentador emigrar ilegalmente, con todos los riesgos de explotación que ello supone, y que se ha creado, incluso para los trabajadores migrantes en situación legal, un 'mercado de compradores' de mano de obra, con la consiguiente presión hacia la baja de los salarios y el menoscabo de las condiciones de trabajo.

ORIENTE MEDIO

Desde mediados del decenio de 1970, el auge de la construcción en los países del Oriente Medio - con escasa densidad de población pero afluentes en petróleo - atrajo a centenares de miles de trabajadores migrantes procedentes de Asia. Aun cuando en los últimos años la actividad económica ha perdido intensidad, y no obstante que algunos gobiernos de la región han procurado contener el aumento del desempleo incitando a los empleadores a contratar mano de obra nacional, el volumen de trabajadores migrantes no parece haber variado significativamente.

Según el informe, en los países del Golfo, "con la notable excepción de Bahrein", nada permite prever que en el futuro los trabajadores nacionales lleguen a sustituir a la mano de obra extranjera empleada en la construcción. Por lo tanto, es probable que, mientras crezca la actividad en la construcción, sigan aumentando las fuentes de empleo para los trabajadores manuales extranjeros "hasta bien entrado el siglo XXI."

Lo que sí ha cambiado considerablemente con el tiempo es el origen nacional de los trabajadores migrantes en el Oriente Medio. A mediados de los años setenta, la corriente migratoria se originaba fundamentalmente en los países de Asia meridional. Diez años más tarde, la mayoría de los trabajadores extranjeros procedían de la República de Corea, Filipinas, Tailandia e Indonesia. Pero el rápido crecimiento económico de Asia sudoriental indujo pronto el aumento de los salarios en los países de esta región, por lo que el costo de su mano de obra se hizo menos competitivo en los mercados del Oriente Medio. En la actualidad, si bien hay todavía una proporción importante de trabajadores filipinos y tailandeses, la mayoría de los inmigrantes en el Oriente Medio provienen nuevamente de Asia meridional (India, Bangladesh y Pakistán).

A medida que más países y más agencias de contratación han entrado a competir por el mercado de trabajo del Oriente Medio, el nivel de los salarios ha bajado en forma sostenida. Los datos de que se dispone indican que entre 1986 y 1989 los salarios en la construcción disminuyeron hasta en una tercera parte.

También ha quedado de manifiesto que los salarios varían según el país de origen de los migrantes. "Los trabajadores de los diferentes países presentan (o se estima que presentan) características distintas", señala el informe. Además, los salarios tienden en general a reflejar el nivel de remuneraciones y el nivel de vida del país de origen.

Una encuesta**/ Nota2 sobre los salarios pagados por las empresas de la construcción coreanas en el Oriente Medio en 1992 reveló, por ejemplo, que "los malasios son los que ganan más, con 536 dólares estadounidenses mensuales, seguidos por los filipinos y los tailandeses. En último lugar de la escala figuran los nacionales de Sri Lanka, con 37,6 dólares estadounidenses al mes. También se pagan salarios muy bajos a los trabajadores nepaleses e indonesios."

ASIA ORIENTAL

La región que registra hoy el desarrollo más rápido es Asia oriental. Sus altas tasas de crecimiento, conjugadas con la marcada baja del crecimiento demográfico, han dado origen a una penuria de mano de obra en varios países y territorios, incluidos Hong Kong, Singapur, la República de Corea y Taiwán. También se han registrado insuficiencias de mano de obra en Japón, país de economía más asentada.

Los salarios en Asia oriental son mucho más elevados: "el salario medio mensual de un trabajador de la construcción de Bangladesh en el Japón es siete veces el de un obrero de la misma categoría en el Oriente Medio."

Con todo, el informe señala que los salarios y otras prestaciones que reciben los trabajadores migrantes son por lo general muy inferiores a los que se abonan a los trabajadores locales, y que, "como muchos países no reconocen su dependencia respecto de la mano de obra extranjera", una proporción elevada de la misma trabaja ilegalmente y queda, pues, expuesta a toda suerte de abusos.

Por ejemplo, algunos estudios sugieren que en el Japón las normas de seguridad se soslayan cuando los trabajadores empleados son migrantes en situación ilegal; además, a éstos se les pagarían "salarios inferiores al mínimo legal", e incluso habría empleadores "que retienen íntegramente los salarios." Aun cuando en el país "existen leyes para la protección de los trabajadores extranjeros, tanto si han entrado ilícitamente como si no lo han hecho", en la práctica rara vez se denuncian los abusos, lo que entraba la aplicación de las leyes vigentes. El informe prosigue señalando otro problema urgente, a saber, el de la atención sanitaria: "Muchos trabajadores migrantes no se pueden permitir suscribir un seguro de salud incluso si lo solicitan."

Uno de los problemas más graves de Hong Kong es su deficiente balance en materia de seguridad en las obras, con arreglo a las normas internacionales. El número de accidentes declarables es el doble del de los Estados Unidos, y 25 veces superior al registrado en el Japón y Singapur.

Entre los trabajadores chinos en la República de Corea incluidos en una encuesta realizada en 1993, el 20 por ciento declaró haber sufrido lesiones en el trabajo y el 76 por ciento dijo haber costeado sus propios gastos médicos.

EUROPA OCCIDENTAL

En los años posteriores a la crisis del petróleo de 1973, el sector de la construcción en Europa occidental fue "gravemente afectado por la recesión económica, por lo que los contratistas de mano de obra tuvieron que deshacerse de muchísimos trabajadores", dice el informe. Al repuntar luego la demanda de mano de obra en varios países, no se volvió a contratar a buena parte de los trabajadores despedidos. En cambio, aumentó en forma espectacular el recurso al sistema de subcontratación de trabajadores.

Esta tendencia ha sido muy marcada, en particular, en Alemania, que ocupa un lugar predominante en la construcción en Europa; en 1993, por ejemplo, Alemania contribuyó con cerca del 26 por ciento del volumen total de la producción del sector en la Unión Europea. Alemania es hoy el principal país de inmigración de trabajadores procedentes de Europa oriental, y se ha convertido en la destinación preferida del creciente número de trabajadores de la construcción originarios de otros países europeos donde se pagan salarios más bajos, como Irlanda, Portugal y el Reino Unido.

A comienzos de los años noventa, la mayoría de los trabajadores de la construcción de Europa oriental que entraron por primera vez en Alemania lo hicieron con arreglo a un régimen denominado de "subcontratación por obra determinada", empleados por empresas extranjeras - en su mayoría polacas - que operan como subcontratistas en el mercado alemán. Según estimaciones del sindicato alemán de trabajadores de la construcción, en 1992 había en realidad en Alemania 500.000 trabajadores procedentes de Europa oriental, y tan sólo en Berlín su número llegaba a 150.000. El sindicato afirmaba que al haberse permitido el empleo temporal de mano de obra se había provocado, o al menos estimulado, "el empleo ilegal de extranjeros en las obras."

Agrega el informe que el Gobierno alemán ha tomado recientemente diversas medidas destinadas a combatir los efectos negativos del empleo en régimen de "subcontratación por obra determinada." Ello ha tenido por resultado una reducción sustancial del número de trabajadores migrantes de los países de Europa oriental empleados en la construcción. También parece haber dismimuido radicalmente la práctica del empleo ilegal de estos trabajadores.

PROTECCION PARA LOS TRABAJADORES MIGRANTES

Según el informe, "muchos países importadores de mano de obra han promulgado leyes que ofrecen cierta protección, a pesar de haber sido concebidas para atender objetivos más generales. Sin embargo, la vigilancia de su cumplimiento no siempre se realiza mediante un sistema eficaz de inspección del trabajo".

Habría que estudiar con mayor atención en qué medida los servicios de inspección del trabajo podrían servir de instrumento de protección de los derechos de los trabajadores de la construcción migrantes; habría que estudiar también cuáles son los obstáculos que deben superarse para alcanzar este objetivo.

Pero, por otra parte, el informe observa que los migrantes que trabajan sin autorización legal no tienen la capacidad de acudir a la vía judicial. No habrá soluciones a su difícil situación mientras los gobiernos sigan mostrándose reacios a reconocer que necesitan el aporte de los trabajadores migrantes, actitud en la que persisten incluso cuando la escasez de mano de obra es evidente.

El informe sostiene que la legalización del ingreso de mano de obra migrante puede ser beneficiosa para la economía del país de inmigración y facilitar la protección de los derechos de los propios trabajadores migrantes.

Durante muchos años, la OIT se ha esforzado por proteger los derechos de los trabajadores migrantes mediante la adopción y la aplicación de diversas normas internacionales del trabajo, y en especial de los Convenios núms. 97 y 143 (1949 y 1975, respectivamente) que tratan en forma específica de esta categoría de trabajadores. El principio básico consagrado en ambos convenios es el de la igualdad de trato entre los trabajadores nacionales y los trabajadores migrantes. Al respecto, dice el informe: "Además, el Convenio núm. 97 se centra en el suministro de asistencia, información y protección a los trabajadores migrantes. El Convenio núm. 143 trata, en cambio, de la eliminación de las "condiciones abusivas" y hace referencia a la migración clandestina y a los "traficantes de mano de obra" que son los responsables de la misma."

El problema reside en que hasta hoy son pocos los países que han ratificado estos convenios, y en que entre los países que lo han hecho no figura ninguno de los principales países de inmigración a que se refiere el informe de la OIT, "a excepción de Malasia, que ha ratificado el Convenio núm. 97."

Nota1

Los problemas de carácter social y laboral de los trabajadores migrantes en la industria de la construcción. Informe a la Reunión tripartita sobre los problemas de carácter social y laboral de los trabajadores migrantes en la industria de la construcción, Oficina Internacional del Trabajo, Ginebra, 1995.

Nota2

Encuesta preparada por Overseas Construction Association of the Republic of Korea, 1994.