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Fondos de inversion respaldados-por los trabajadores: mas empleos, mas dinero y seguridad laboral

Hace 20 años la economía de la provincia canadiense de Quebec estaba atascada en una profunda recesión, provocada por factores como una mala situación económica internacional y difíciles relaciones entre el gobierno provincial y los trabajadores.

Artículo | 17 de julio de 2003

GINEBRA - El desempleo había llegado a 15,5 por ciento y las tasas de interés rondaban el nivel de 20 por ciento. La escasez del capital disponible para empresas pequeñas y medianas había causado quiebras y despidos.

Sin embargo la crisis con frecuencia abre el camino para las nuevas ideas, y en este caso ese desafío fue asumido por la Federación de Trabajadores de Quebec que propuso un "Fondo de Solidaridad" ante una conferencia provincial realizada en 1982, como una contribución del movimiento laboral al objetivo de lograr una economía sustentable, controlada localmente.

Desde entonces el Fondo de Solidaridad de Quebec se convirtió en un actor importante para la economía de la provincia. Se trata de un sistema de contribuciones voluntarias que en la actualidad maneja aproximadamente 4.600 millones de dólares canadienses, con participación en unas 1.900 empresas pequeñas y medianas que han creado unos 100.000 puestos de trabajo en los últimos dos años.

Trabajadores que ayudan a los trabajadores

Una de las particularidades del Fondo es que sus 536.000 accionistas, que representan 14 por ciento de la población económicamente activa de la provincia, son trabajadores

"Con más de 500.000 accionistas este Fondo creó una nueva clase de inversionistas", dijo el encargado del Programa de Finanzas Sociales de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Bernd Balkenhol.

El Fondo invierte en empresas que buscan obtener una combinación de rentabilidad y solidaridad, por ejemplo mediante la creación de empleos para jóvenes o para personas con discapacidad.

Los cuatro principios fundamentales del Fondo son la creación y conservación de puestos de trabajo en empresas pequeñas y medianas, la participación de los trabajadores en el desarrollo económico, la inversión estratégica para estimular la economía, y el incentivo de generar ahorros para la jubilación.

En 1983 el Gobierno de Quebec facilitó el trabajo del Fondo al adoptar una legislación que permitió el establecimiento de fondos de inversión patrocinados por los trabajadores, y que otorga deducciones fiscales para quienes inviertan sus recursos allí.

Desde un principio el Fondo fue considerado como una herramienta para impulsar el desarrollo en la provincia de Quebec y como una apuesta segura para sus accionistas, las pequeñas y medianas empresas, y también para el gobierno local.

La tasa de inversión el Fondo de Solidaridad de Quebec aumentó drásticamente en 1985, después que el Gobierno Federal canadiense aprobara un 20 por ciento de deducciones fiscales adicionales para inversionistas en este tipo de iniciativas. Además determinó que la inversión en estos fondos podía ser elegible como plan de ahorros para la jubilación.

Tras la aprobación de estas medidas la Federación de Trabajadores de Canadá estableció el Fondo Empresarial de los Trabajadores, mientras que algunos sindicatos de Columbia Británica crearon un Fondo de Oportunidades para los Trabajadores.

En 1992 el movimiento laboral de Manitoba creo el Fondo de Inversiones Crocus, que con 10.000 puestos de trabajo creados y conservados es el de mayor éxito por cada dólar invertido en Canadá.

Entre 1983 y 1990 fueron creados más de 20 fondos de este tipo en Canadá. Pero el Fondo de Solidaridad de Quebec mantiene su posición como el más grande entre los fondos de inversión auspiciados por los trabajadores en ese país.

Estos fondos de inversión también contribuyen a aumentar el poder de negociación de los sindicatos al aumentar los niveles de empleo y al mejorar las perspectivas de negociación colectiva. Además una economía local fortalecida reduce los gastos gubernamentales en servicios sociales y atrae nuevas inversiones hacia la comunidad.

Aunque estos fondos de inversión no constituyen un programa de seguridad social ni reemplazan los planes de pensión, son una ayuda importante para los trabajadores que buscan planificar su retiro. Sus inversionistas además tienen la oportunidad de adquirir conocimientos y experiencia sobre el uso de servicios financieros

El control democrático de la economía es un objetivo esencial que tienen este tipo de fondos. Y antes de hacer sus inversiones realizan una cuidadosa investigación para conocer aspectos como la situación de las relaciones laborales, la salud, la seguridad y el ambiente. Otra de sus prioridades es fortalecer el patrimonio de las empresas más pequeñas.

Una característica de este tipo de fondos es su compromiso con la participación de los empleados en la propiedad y el manejo de las empresas.

El Fondo de Inversiones Crocus se asegura de que al menos la mitad de sus inversiones apoyen en forma directa o indirecta la participación de los trabajadores en la propiedad y el manejo de las empresas. Uno de sus propósitos es generar situaciones que permitan a los empleados de las empresas comprar la participación adquirida por el Fondo.

En respuesta a la creciente demanda de información sobre los fondos de inversión respaldados por los trabajadores y los factores que determinan su éxito, el Programa de Finanzas Sociales de la OIT informó que realizará nuevas evaluaciones y consultas en los próximos años.