Esta historia fue escrita por la Sala de Noticias de la OIT. Para ver las declaraciones y discursos oficiales de la OIT, por favor visite nuestra sección "Declaraciones y Discursos".

Después del Tsunami Tailandia: la industria turística contraataca

El tsunami de diciembre impactó los centros turísticos y las playas de Tailandia, causando pérdidas humanas. Además, afectó la economía y los medios de sustento de los habitantes de la zona. Pero ahora la industria turística resucita. El periodista Clifford Coonan habla en este artículo sobre la situación del mercado laboral en la zona, y sobre lo que hacen la OIT y las autoridades tailandesas en el marco del proceso de reconstrucción.

Artículo | 11 de abril de 2005

PHUKET, Tailandia - El tsunami causó una gran cantidad de víctimas en las playas de este paraíso tropical de Tailandia y también en las áreas de Phangnga y Krabi. Pero también tuvo un efecto devastador sobre la vida de gente como Narong Chaidum y su familia, quienes perdieron los ingresos que les permitían sobrevivir, provenientes de dos tiendas para turistas en la playa de Naiyang.

Apenas unos días después de la catástrofe Chaidum y su familia, al igual que muchos otros emprendedores de Phuket, hacían esfuerzos desesperados por volver a trabajar, a pesar que a menudo sus locales habían sido destruidos. Sin embargo tres meses después los efectos a largo plazo sobre los negocios turísticos a pequeña escala aún ensombrecen las perspectivas de personas como Chaidum.

Las consecuencias inmediatas del tsunami, como la destrucción registrada en los hoteles o el temor de los potenciales turistas, causó una caída de 90 por ciento en la demanda de habitaciones. La recuperación ha sido lenta. Las cifras de enero mostraban una disminución de 26 por ciento en la entrada de extranjeros a Tailandia, al compararlas con las del año anterior.

Se estima que unas 100.000 personas habrían perdido sus empleos en el sector turístico, y algunas predicciones realizadas poco después de la tragedia indicaban que peligraban cerca de medio millón de puestos de trabajo.

El presidente de la Asociación Hotelera Tailandesa, Chanin Donavanik, dijo que los hoteles de seis provincias afectadas por la catástrofe natural, en especial los de Phuket, Krabi y Phangnga aún registran la cancelación de reservas, y las nuevas reservas llegan lentamente. Las tasa de ocupación es del 10 al 15 por ciento.

Los empleadores han respondido a la crisis con medidas como dar a sus empleados permiso sin sueldo. Incluso aquellos que tienen la suerte de estar trabajando deben resignarse a una baja de hasta 50 por ciento en sus ingresos, debido a la reducción de la jornada laboral y la pérdida de las propinas y los cargos por servicio.

La pérdida económica total aún está siendo calculada. Phuket, Phangnga y Krabi generaban la cuarta parte de los ingresos turísticos en Tailandia. El Gobierno tailandés ha estimado que podría registrarse una baja de 0,5 por ciento en el Producto Interno Bruto (PIB) en 2005, aunque aún se espera que esto pueda ser compensado por una desviación del turismo hacia otras zonas, como Chiang Mai o Koh Samui.

Una de las características del tsunami fue la forma en que afectó áreas muy específicas. En Phuket, por ejemplo, impactó algunas áreas costeras mientras que otras no sufrieron ningún daño. Uno de los hoteles que no fueron afectados por lo peor de esta tragedia fue el Phuket Orchid Resort, pero el gerente Vitaya Boonmee destacó que aún así no lograron escapar a las consecuencias posteriores.

"Nos van a pagar por los próximos tres meses, y después necesitaremos encontrar otros empleos. Ya hay hoteles cerrados por daños, así que otras personas ya han perdido sus puestos de trabajo. En esta isla hay entre 35.000 y 40.000 habitaciones, y si los turistas no regresan en unos meses el personal de los hoteles va a sufrir las consecuencias", dijo Boonmee.

Pensar a largo plazo

Pero a pesar de las adversidades la gente está tratando de pensar a largo plazo, esquivando los problemas de esta temporada turística para concentrarse en las del futuro.

En este escenario, la OIT trabaja junto con el Ministerio del Trabajo de Tailandia aportando materiales y experiencia para enfrentar la situación en las provincias afectadas. Se han lanzado programas para iniciar o mejorar pequeñas empresas, para recapacitar a trabajadores discapacitados a causa de la tragedia, y para poner en práctica técnicas de reconstrucción de infraestructura generen la mayor cantidad posible de puestos de trabajo.

La OIT también ha contribuido a organizar una serie de reuniones y talleres para que las autoridades, los empleadores, los trabajadores y las ONGs tengan la oportunidad de expresar sus opiniones y discutir sobre cuáles son las prioridades y las metas en materia de recuperación.

Por otro lado, algunos proyectos de la OIT que ya estaban en marcha han sido extendidos hacia las áreas afectadas, incluyendo aquellos sobre VIH/SIDA en el lugar de trabajo, lucha contra el trabajo infantil y trabajadores migrantes.

El tema de los trabajadores migrantes tiene especial importancia, ya que más de 120.000 estaban empleados en las áreas afectadas cuando se produjo el tsunami. Muchos de ellos perdieron sus puestos o sus documentos, y se han escondido por temor a ser detenidos o deportados. La OIT está trabajando con sindicatos, con empleadores y con otras agencias de la ONU para tratar de abordar la situación de estas personas.

La OIT además forma parte del programa conjunto de la ONU para la rehabilitación de Tailandia, que contempla inversiones por 9 millones de dólares, en el cual están incluidos aspectos como la recuperación de medios de sustento, vivienda y ambiente. La OIT ejecuta un presupuesto de 400 mil dólares para el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) con el fin de restablecer los medios de sustento relacionados con la industria turística.

El paquete de reconstrucción del Gobierno de Tailandia, por 20 mil millones de baht, ya comenzó a ser ejecutado y sus efectos comienzan a notarse.

Patong fue uno de los lugares más afectados de Phuket, y muchas personas fallecieron allí. Pero esta playa de tres kilómetros de largo ahora luce mejor que antes y los turistas ya han comenzado a regresar. Las autoridades de la zona han prometido mantener la nueva apariencia de limpieza en este lugar al impedir la colocación de sombrillas, camillas para tomar el sol, o la excesiva cantidad de construcciones que se levantaron aquí en el pasado.

Algunos vendedores de playa también han regresado. Las autoridades de Bangkok tratan de facilitar la recuperación de quienes trabajaban en estos lugares, y garantizaron que todos aquellos que alguna vez ejercieron el comercio podrán regresar una vez completadas las tareas de reconstrucción.

Pero no en todas las zonas afectadas por el tsunami se han logrado estos niveles de recuperación. La isla de Phi-Phi, paraíso de mochileros, aún exhibe los destrozos provocados por las olas, y causa tristeza visitarla en estas condiciones.

Las conversaciones sobre la reconstrucción van acompañadas en este lugar por los temores de pequeños negociantes a ser desplazados por desarrolladores inmobiliarios sin escrúpulos o por delincuentes que usan el desastre como una excusa para reclamar posesión de propiedad valiosa frente a las playas. El Gobierno tailandés asegura que conoce este problema y ha emitido instrucciones para evitar problemas de este tipo. La ONU está trabajando allí con grupos locales para facilitar las tareas de planificación y mediar cuando se trate de los usos y el acceso a actividades en la zona de playa.

El grado de devastación en la elegante área de Khao Lak, una de las más afectadas, hace difícil imaginar que pueda haber una recuperación importante del turismo a corto plazo. Se trata de un lugar simbólico, asociado al horror. Cerca de 50 hoteles fueron arrasados por el tsunami, la mayor parte de ellos habían sido abiertos menos de un año antes. Miles de personas fueron arrastradas por las olas. Y muchos tailandeses están preocupados ahora por los fantasmas.

Sin embargo en el caso de la mayoría de los lugareños el shock y el trauma de los primeros días ha sido reemplazado por la certeza de que, para poder sobrevivir, necesitan recuperar un cierto nivel de normalidad.

"Nueva York no cerró después del 11 de septiembre, ¿entonces por qué deberíamos hacerlo nosotros?", es una frase popular en esta zona, donde se reconoce en el tsunami un acto único y terrible de la naturaleza, sin repercusiones políticas.

Chaidum es uno de los que cita esta frase. Y recuerda que el turismo en Tailandia ya se ha visto obligado a sobrevivir a las guerras en Medio Oriente, el colapso de la moneda local, la crisis asiática de 1997, el SRAS y la gripe aviar.

"Esperamos que la próxima temporada turística sea tan grande como debió de ser la actual. La gente ya sabe cómo somos los tailandeses, amistosos con los turistas, nos ayudamos los unos a los otros. Uno puede copiarse un reloj o un par de jeans, pero no puedes copiar a los tailandeses", opinó Chaidum.