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7ª Reunión Regional Europea La reunión de ministros apoya el informe de la OIT sobre la globalización

Uno de los puntos principales que se discutieron en la Séptima Reunión Regional Europea de la OIT celebrada en Budapest fue el informe de 2004 de la Comisión Mundial sobre la Dimensión Social de la Globalización. Una reunión ministerial oficiosa congregó a ministros del trabajo y a otros representantes gubernamentales de 50 países europeos y de Asia Central, así como al Comisario Europeo de Empleo y Asuntos Sociales, Vladimir Spidla, quienes dieron todo su apoyo al informe.

Artículo | 8 de marzo de 2005

BUDAPEST – El debate sobre la globalización se ha caracterizado en el último decenio por una gran confusión y agitación. Pero en una sesión especial de la 7ª Reunión Regional Europea, los principales ministros reunidos en la espectacular Cámara del Parlamento húngaro fueron extremadamente claros.

"En esta reunión se ha dado un apoyo enorme al informe de la Comisión Mundial sobre la Dimensión Social de la Globalización establecida por la OIT", dijo el Director General de la OIT, Juan Somavia, al resumir las observaciones formuladas por los participantes en la reunión. "Supuso para nosotros un gran riesgo como institución elaborar este informe. Al principio no estaba claro que podríamos llegar a algo positivo y creativo en relación con esta importante cuestión. La respuesta que ha recibido el informe muestra que valió la pena arriesgarse".

Somavia declaró que lo que sí quedó claro de la discusión fue, de hecho, la firmeza y el alcance de la convergencia entre los objetivos de la Comisión Europea y de la OIT. Las intervenciones en la reunión mostraron un gran interés por las funciones tanto internas como externas de la UE sobre las políticas sociales y económicas, y un gran apoyo por la noción de políticas coherentes para los Estados miembros de la Unión Europea tanto a nivel interno como a nivel internacional.

En su intervención, Vladimir Spidla dijo que la aparición de países como China, la India y México que absorbían los empleos de las economías industrializadas presentaba un nuevo reto, y que muchos consideraban que la globalización en este contexto entrañaba factores de inestabilidad y de inseguridad.

"Esta evolución de la situación exige una mejor gobernanza global y una política social más justa", dijo Spidla.

Spidla añadio que la UE también estaba tratando de apoyar políticas sociales positivas en el exterior. La Unión se ampliaría con nuevos países candidatos de Europa sudoriental, y a través de su política de vecindad trataría de desempeñar una función estabilizadora en sus fronteras orientales y en el Mediterráneo. Estas políticas constituían un elemento importante de una estrategia general de la Comisión encaminada a promover la dimensión social de la globalización.

Según Spidla, a nivel interno, el nuevo reto que se presenta a la UE es empezar de nuevo a tratar la cuestión de la justicia social en la próxima reunión del Consejo Europeo, adoptando un programa de acción en consonancia con la estrategia de Lisboa. Los dos objetivos principales serán crear más y mejores empleos, y establecer las condiciones que propicien un crecimiento elevado y sostenible.

Spidla dijo que fortalecer la base de conocimientos de la UE y las capacidades de innovación contribuiría en gran medida a estos esfuerzos. Entretanto,un nuevo programa social imprimiría un nuevo dinamismo a las relaciones laborales, creando un marco operativo para la negociación transnacional a nivel sectorial y de la empresa.

Agregó que las políticas de la UE se basaban en los derechos y valores comunes, como los valores económicos, sociales y ambientales. Tanto la UE como sus Estados miembros apoyaban estos valores, razón por la que la UE apoyaba los esfuerzos de la OIT por promover la ratificación de los convenios sobre los derechos sociales fundamentales.

Esfuerzos globales necesarios

Tomando nota de los repetidos llamamientos en la reunión por una coordinación de los esfuerzos internacionales, Somavia recordó que la Cumbre del Milenio tenía el objetivo de reducir la pobreza a la mitad para el 2015. "Para lograr este objetivo, hay que basarse en el empleo y no sólo en la ayuda", recalcó el Director General. "Esto exigirá una mayor cooperación entre las organizaciones internacionales. Muchos participantes en la reunión declararon que en este proceso se tiene que reforzar el papel de la OIT".

"Por supuesto nosotros vamos a asumir nuestras responsabilidades, que es precisamente lo que tratamos de hacer con este informe", dijo Somavia. Sin embargo, también es necesaria la ayuda de los gobiernos para lograr estos objetivos, que deberán pedir, por ejemplo a través de sus ministerios de finanzas en contacto con otras organizaciones, que se otorgue mayor importancia a la gobernanza social. "La OIT siempre estará abierta al diálogo, pero lo que podemos hacer institucionalmente tiene un límite. La coherencia necesita un impulso político".

El Comisario Spidla estuvo de acuerdo en que era necesaria una mayor coordinación internacional. "Promover el trabajo decente en todo el mundo es una prioridad", dijo, y apoyó los esfuerzos de la OIT tendentes a incorporar los objetivos del trabajo decente y de la gobernanza social en el marco de las Naciones Unidas. Asimismo, apoyó la propuesta de la Comisión Mundial de crear un foro global sobre el trabajo decente.