Industria textil en Bangladesh

El seguro contra los accidentes en el trabajo debe ser parte del legado del Rana Plaza

Por Gilbert Houngbo, Director General Adjunto de Programas Exteriores y Alianzas de la OIT

Opinión | 14 de noviembre de 2014
Gilbert Houngbo, Director General Adjunto de Programas Exteriores y Alianzas de la OIT
A lo largo de los 18 meses que siguieron al colapso del edificio Rana Plaza en Bangladesh, que causó la muerte de más de 1.100 trabajadores de las fábricas textiles y 2.500 heridos, se han desplegado esfuerzos para mejorar las normas de seguridad y las condiciones de trabajo en el sector de la confección del país.

Las marcas y los distribuidores se asociaron con el gobierno y las organizaciones de empleadores y de trabajadores, así como las organizaciones multilaterales, los socios internacionales, las instituciones regionales y los sindicatos mundiales para abordar las necesidades inmediatas y los desafíos a largo plazo provocados por esta tragedia.

Cierto, el proceso ha estado acompañado por frustraciones y demoras. Por ejemplo, la recaudación de fondos para el pago de las compensaciones ha sido más lenta y compleja de lo que debería ser.

Pero se han producido cambios positivos. La Ley del Trabajo de Bangladesh fue enmendada a fin de fortalecer los derechos fundamentales, con progresos en materia de seguridad y salud en el trabajo, libertad sindical y negociación colectiva. A finales de septiembre, se habían realizado más de 2.000 inspecciones de seguridad en las fábricas, algunas de estas fueron cerradas definitivamente mientras que muchas otras mejoraron sus condiciones de seguridad.

El salario mínimo de los trabajadores del sector de la confección aumentó y el sistema de inspección laboral fue reforzado. Las víctimas del accidente se han beneficiado de servicios de rehabilitación, formación y asesoría para ayudarlos a recuperar su autonomía. La mayor parte de los sobrevivientes y las familias de los trabajadores fallecidos obtuvo una indemnización y el proceso de reclamos debería finalizar en las próximas semanas.

Pero para que el Rana Plaza deje un legado duradero, queda mucho por hacer a fin de garantizar que los progresos alcanzados hasta ahora sean sostenibles, y para seguir progresando en los ámbitos de la seguridad y salud en el trabajo, las condiciones de trabajo, y el respeto de los derechos laborales.

Un legado de cambio

A medida que avanzamos, es necesario concentrar la atención en una mejor gestión de las cadenas de aprovisionamiento internacionales en todos los sectores y otorgar prioridad a la seguridad y a las condiciones de los trabajadores.

La prevención es primordial, pero también lo es estar preparados en caso de un nuevo accidente. Esto puede hacerse a través de un régimen de seguro contra los accidentes en el trabajo (EII, en inglés) que distribuya el riesgo entre todos los empleadores a nivel nacional. Un régimen de este tipo proporcionaría una respuesta inmediata en términos de indemnización de las personas directamente afectadas por los accidentes en el trabajo.

Este tipo de mecanismos son ampliamente adoptados en todo el mundo y ofrecen un seguro confiable, a bajo costo y una indemnización de accidentes sin perjuicio de la responsabilidad para los trabajadores. De hecho, la mayoría de los países que se valían de seguros comerciales que delegan la responsabilidad civil a los empleadores modificaron su legislación para instaurar regímenes nacionales de EII. El motivo es que a largo plazo son menos costosos para los empleadores y ningún trabajador es excluido.

La mayoría de los regímenes EII no cuestan más de 3 por ciento de la masa salarial total, lo cual representa una buena inversión si se compara con los daños potenciales para la reputación de las empresas y el impacto sobre los trabajadores.

El Gobierno de Bangladesh ha demostrado gran interés en colaborar con la OIT a fin de establecer un régimen de seguro contra accidentes en el trabajo. El Convenio de la OIT sobre las prestaciones en caso de accidentes en el trabajo y enfermedades profesionales, 1964 (núm. 121) es una norma de referencia reconocida a nivel internacional para orientar a los gobiernos y a los interlocutores sociales en la elaboración de las prestaciones nacionales del EII adaptadas a las realidades nacionales.

Lo que necesitamos ahora es un compromiso firme por parte de los socios internacionales, marcas y distribuidores, junto a los socios nacionales, para contribuir a poner en práctica un régimen nacional de EII. A su vez, Bangladesh podría servir de ejemplo para las otras economías emergentes, orientadas a la exportación, que aún no poseen un régimen de seguros en el lugar de trabajo.

La implementación efectiva de la Ley del Trabajo y un régimen nacional de EII permitirían que el Rana Plaza no sólo sea recordado como uno de los peores accidentes industriales de la historia, sino también como un momento decisivo para los trabajadores de Bangladesh.