Crear una cultura de la seguridad y la salud en la industria india de la construcción

En la India, las mujeres realizan una gran parte de las tareas penosas no cualificadas en las obras de construcción. Cuando estas mujeres reciben una formación adecuada, tienen la posibilidad de poner fin a prácticas profesionales peligrosas y de conseguir empleos seguros, cualificados y mejor remunerados que les permiten acceder a una mejor calidad de vida. (en inglés)

Fecha de la publicación: 18 de mayo de 2009 | Tamaño o duración: 00:03:11 (10.9 MB)
Si el video no aparece, instale gratuitamente RealPlayer™

Transcripción:

En cualquier obra de construcción en la India, se observa que las mujeres y los hombres trabajan codo con codo. Ahora bien, suelen ser ellas quienes transportan las cargas pesadas. Se trata de un trabajo no calificado: llevar ladrillos, grava, argamasa y agua, a los carpinteros y albañiles calificados. Y es difícil y muy peligroso. Aunque muchas mujeres son conscientes de los riesgos, casi todas se sienten incapaces de cambiar esta situación.

Punni Bai, transportadora de ladrillos

Trabajar en la parte superior de la obra es difícil y arriesgado, pero tengo que hacerlo para ganarme la vida.

Las trabajadoras de la construcción pueden transportar cargas de hasta 51 kilos, es decir, mucho más del peso máximo recomendado para las mujeres en las normas sobre seguridad y salud en el trabajo. Además, cuando suben a la parte superior de la obra, suelen llevar cargas todavía más pesadas, para tratar de subir menos veces. Trabajar así, hora tras hora, día tras día, mes tras mes, tiene un elevado costo para la salud de las mujeres.

Edmundo Werna, Espécialista de la construcción, OIT

Si los trabajadores no saben como protegerse y nadie les ha explicado como hacerlo, es evidente que hay que empezar por ahí; pero si los empleadores desconocen los métodos para proteger a la mano de obra, las cosas se complican.

La mayoría de las trabajadoras no calificadas sólo consiguen mantener este ritmo durante 8 ó, como mucho, 12 años. Después, sus cuerpos se agotan y se enfrentan a una vida plagada de problemas de salud.

Edmundo Werna

Casi nunca llevan equipos de protección, por lo que están expuestas a los riesgos típicos de las obras: intoxicaciones por la emanación de gases o por materias corrosivas como el cemento. A menudo sufren acoso y discriminación, lo que agrava su estrés y su cansancio; además, la jornada de trabajo de las mujeres es doble: en la obra y en casa.

Financiada en parte por la Organización Internacional del Trabajo, la Asociación de Mujeres Trabajadoras por Cuenta Propia (SEWA) viene ayudando a las trabajadoras del sector de la construcción de la India desde 1998, proporcionándoles pautas de prevención y formación. La SEWA ha enseñado técnicas de albañilería a varios miles de mujeres. Y es que con una formación eficaz las mujeres pueden hacer frente a condiciones de trabajo peligrosas, sobre todo en los trabajos no calificados, y aspirar a otros empleos, seguros, calificados y correctamente remunerados, que mejoren sus condiciones de vida.

Mujer albañil

La formación me ha servido mucho. Antes, no sabía nada sobre la composición del hormigón, no tenía idea de la cantidad de arena, de cemento, ladrillos... Simplemente hacía todo lo que el albañil me decía. Ahora conozco los ladrillos de nueve pulgadas y los de 4,5. Antes ganaba entre 70 y 80 rupias, y ahora gano 150.

Una formación adecuada ayuda a reducir los riesgos de accidentes que pueden provocar discapacidad y trastornos musculares crónicos.

Ahora el trabajo decente sí está al alcance de estas trabajadoras infatigables.