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Nuestro impacto, sus historias

La diversificación trae prosperidad al norte de Sri Lanka

La OIT y el Gobierno de Australia colaboran para reducir la vulnerabilidad y fortalecer las redes comerciales de los pequeños productores.

Reportaje | Sri Lanka | 1 de junio de 2016
Suppiramaniyam Thayalini y su familia
BANGKOK (OIT Noticias) – En la pequeño terreno detrás de su casa, Suppiramaniyam Thayalini, 42 años, y su esposo cosechaban su primer cultivo de yuca; cinco grandes raíces en forma de cono. Una empresa exportadora fue contratada para recoger la yuca y la pareja espera que se venda a buen precio.

“Comencé a plantar [yuca] el pasado diciembre. No uso fertilizantes ni pesticidas. Todo lo que hice fue excavar unos canales de agua y regar cada dos días”, explicó Suppiramaniyam Thayalini. “Cuando las plantas han crecido lo suficiente, les corto las hojas y las ramas. Después de ocho meses, la yuca está lista para ser cosechada.”

En el norte de Sri Lanka, el cultivo de la yuca no sólo significa menos trabajo duro para ella y otros agricultores; además es un ejemplo de la búsqueda de medios más sostenibles para incrementar los ingresos, medios de subsistencia y desarrollo a largo plazo.

La pareja sobrevivió a las tres décadas de guerra civil de Sri Lanka. En 2009, cuando terminó la guerra, Suppiramaniyam Thayalini se unió a la Cooperativa de cultivadores de fruta de Vavuniya norte, con la esperanza de reconstruir su medio de vida. Con el apoyo de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la cooperativa enseñó a sus miembros a cultivar papaya. La iniciativa fue muy exitosa y aportó beneficios económicos considerables a los agricultores. Pero entonces, llegaron los problemas. Cuando la sequía y la plaga arruinaban las plantas los agricultores se quedaban sin nada. Tenían que enfrentar otro desafío: cómo hacer que su progreso fuese sostenible.

“El cultivo de la papaya mejoró los medios de vida de las personas afectadas por la guerra en el norte de Sri Lanka. Fue un gran éxito”, declaró Donglin Li, Director de la Oficina de la OIT en Colombo. “Pero era necesario garantizar la sostenibilidad de este progreso, decidimos que la diversificación era el camino a seguir.”

Con el apoyo financiero del Gobierno de Australia, la OIT colaboró con las cooperativas en la Provincia septentrional gracias al proyecto “Empoderamiento local a través del desarrollo económico” (LEED, por sus siglas en inglés), para enseñar a los agricultores a identificar cultivos alternativos, seleccionar buenos semilleros y adquirir nuevas competencias agrícolas.

Suppiramaniyam Thayalini adoptó este nuevo enfoque con entusiasmo, y éxito. “En el caso de que alguna enfermedad ataque a los árboles de papaya, no tendría papayas y tampoco dinero. Por eso, también cultivo la yuca. Si el cultivo de papaya se pierde, me queda la yuca.” Además, cultiva también fruta de la pasión y ocra.


La OIT además puso a los agricultores en contacto con los mercados, para reducir riesgos en la comercialización de su producción. “Establecimos asociaciones entre los productores del norte y los compradores del sur y, al mismo tiempo, con el gobierno. Creamos y fortalecemos la colaboración”, declaró Devagiri Nihal, Coordinador nacional del programa del proyecto LEED de la OIT.

Las asociaciones norte-sur han generado beneficios en todos los ámbitos. De particular importancia fue un acuerdo sobre el precio fijo de los cultivos. Las 500 plantas de yuca de Suppiramaniyam Thayalini deberían producir 1.500 kilos de yuca. Con un precio fijo establecido de 32 rupias al kilo, ella sabe que podrá obtener alrededor de 45.000 rupias (310$).

“Este ingreso, después de deducir los gastos, lo utilizamos para nuestras necesidades diarias y la educación de los hijos”, explico. “Tengo cinco hijos. Ellos cursan los niveles A y O. A veces, podemos ahorrar algo, con ese dinero llevamos adelante la familia.”

Para ser sostenible, el desarrollo además debe proteger el medio ambiente. En una zona marina delimitada, cerca de la ciudad de Jaffna en el norte de Sri Lanka, la Autoridad nacional de desarrollo de la acuicultura de Sri Lanka, en colaboración con la OIT, creó una granja ecológica de acuicultura para la cría de pepinos de mar y róbalos. Los peces de acuicultura y los mariscos son una industria en auge, pero es muy nueva para las comunidades locales, por ello la OIT suministró fondos para la formación, realizó visitas al terreno y apoyó las actividades basadas en la comunidad que promueven la responsabilidad social de las empresas.

“Nos hace muy felices poner en práctica este proyecto con la OIT”, declaró Selvendran-Salivan De Marian, responsable de la ampliación de la acuicultura en el Distrito de la Autoridad nacional de desarrollo de la acuicultura. “Nos apoyan plenamente. También los habitantes están muy contentos. De este proyecto de acuicultura, pueden recoger la cosecha y tener un ingreso sostenible. Tienen un buen medio de subsistencia y han mejorado sus niveles de vida.”

Al igual que con las frutas y los vegetales, el proyecto LEED también ha ayudado a los productores a encontrar mercados para los pepinos de mar y los róbalos. Esto no habría sido posible sin el apoyo de los interlocutores sociales de la OIT: las organizaciones de trabajadores y de empleadores de Sri Lanka.

Kanishka Weerasinghe, Director General de la Federación de Empleadores de Sri Lanka afirmó: “Seguiremos colaborando con la OIT, ha sido una asociación muy positiva a lo largo de los años.”

“La participación de Australia en el proyecto LEED de la OIT en el norte de Sri Lanka ha sido muy exitosa, superó nuestras expectativas”, declaró Robyn Mudie, Alto Comisario de Australia en Sri Lanka. “Es un proyecto sostenible y que funciona en el mercado, lo cual es muy importante para las personas que hace tan sólo unos pocos años vivían en una situación muy vulnerable, con pocas oportunidades económicas.”