Micro, pequeñas y medianas empresas son la columna vertebral de las economías de todo el mundo y del mundo laboral.

Emplean a más de dos tercios de la mano de obra mundial, y contribuyen significativamente al crecimiento del PIB.

En consecuencia, desempeñan un papel clave en la reducción de la pobreza, reducir las desigualdades y crear empleo digno y productivo y lograr la justicia social.

Sin embargo, muchaos luchan contra la baja productividad y las malas condiciones de trabajo.

A menudo operan en entornos empresariales difíciles, incluso en la gran economía informal, muchaos tienen dificultades para acceder a recursos y oportunidades.

Las mujeres y los jóvenes que trabajan en estas empresas se enfrentan a limitaciones y discriminaciones adicionales.

Es nuestra responsabilidad colectiva ayudar a derribar estas barreras y fomentar un entorno en el que las MIPyMEs puedan operar con éxito.

La Organización Internacional del Trabajo está haciendo su parte, ayudando a los gobiernos y a las organizaciones de empleadores y de trabajadores a facilitar el crear acceso al mercado, desarrollar capacidades sostenibles, y promover la formalización y el trabajo decente.

Esto es particularmente importante, ya que las MIPYMEs siguen afrontando retos derivados de la pandemia de COVID-19, los conflictos, el cambio climático y las incertidumbres de la economía mundial.

En este Día de las MIPYMEs, reafirmo, por tanto, el compromiso de la OIT de trabajar con sus socios de todo el mundo para que estas empresas prosperen.