Día Internacional para la Reducción de Desastres

OIT: La reducción de los riesgos de desastres es esencial para salvar vidas, los medios de vida y los negocios

Declaración | 13 de octubre de 2017
En el día de hoy nos centramos en los cientos de millones de personas amenazadas por desastres naturales cada año, y en lo que el mundo debería hacer para protegerlas. Los efectos devastadores que tienen estos fenómenos extremos en las vidas y los medios de vida, en los activos económicos y en la infraestructura ponen de relieve la importancia de promover una cultura mundial de reducción de los riesgos de desastres.

En 2016, 445 millones de personas resultaron afectadas por catástrofes provocadas por fenómenos naturales en todo el mundo. En los primeros seis meses de 2017, más de 80 millones de personas fueron afectadas por inundaciones, deslaves y sequías prolongadas que asolaron principalmente Asia, América del Sur y África, por una serie de huracanes que devastaron las islas del Caribe y partes de los Estados Unidos, y por los terremotos que se produjeron en México.

Las personas más vulnerables son las más afectadas por estos desastres que cada año sumen en la pobreza a 26 millones de personas. La gestión de los riesgos de desastre es tanto más importante cuanto que el número de estos fenómenos extremos se ha duplicado en los últimos 40 años, haciendo que estas personas estén todavía más expuestas y que se agrave su situación de vulnerabilidad.

A fin de hacer frente a estos desastres, la OIT colabora con sus mandantes tripartitos –gobiernos y organizaciones de empleadores y de trabajadores- para fomentar respuestas centradas en el empleo que buscan atender las necesidades inmediatas con una perspectiva a largo plazo y fortalecer la resiliencia de las sociedades a través de estrategias de gestión de los riesgos y de mitigación que integran políticas de trabajo decente.

Estos principios rectores figuran en un nuevo instrumento de la OIT, la Recomendación sobre el empleo y el trabajo decente para la paz y la resiliencia, 2017 (núm. 205), que fue adoptada por la Conferencia Internacional del Trabajo en junio de 2017.

Hay varios factores clave que pueden propiciar un cambio positivo sostenible después de situaciones de desastre: el desarrollo de las competencias, la promoción del empleo, y la gestión de la continuidad empresarial, el restablecimiento de un entorno propicio para las empresas sostenibles y el fortalecimiento de los regímenes de protección social.

También son esenciales los esfuerzos para involucrar a los jóvenes, dado que las situaciones de crisis provocan muchos riesgos que pueden privarlos de educación, de formación y de oportunidades de empleo. Estas iniciativas, basadas en la apropiación local, en el diálogo social, en la igualdad y en la no discriminación, pueden empoderar a los más vulnerables, infundir más resiliencia a las economías locales y preparar a las comunidades a resistir mejor ante futuros desastres.

La Recomendación núm. 205 de la OIT proporciona una plataforma única para incrementar la cooperación con otras entidades de las Naciones Unidas que promueven los cambios culturales y comportamentales propicios para instaurar una gestión de los riesgos de desastre en pro de la prevención, la recuperación y la resiliencia, incluso en el mundo del trabajo.